Cecilia María Sánchez Sorondo fue una joven monja carmelita nacida en Neuquén y que vivió en el Carmelo santafesino desde 1997 hasta 2016, año en que falleció a los 43 años de edad. Su testimonio de amor y confianza en Jesucristo, aún en medio de las pruebas más duras, ha despertado en muchos corazones el deseo de un mayor compromiso de vida cristiana.
¿Una santa santafesina?: comenzó el proceso para beatificar y canonizar a una monja que vivió en Santa Fe

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Cecilia María Sánchez Sorondo, hermana Cecilia María, la monja carmelita que proponen para santa
Al haber crecido, con el paso de los años, su fama de santidad y de signos, el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, Sergio Fenoy, firmó el edicto correspondiente para iniciar el proceso previo para abrir la causa de beatificación y canonización de la religiosa, luego de que el postulador, Fr. Marco Chiesa OCD, lo solicitó formalmente.
En el edicto se invita a todos los fieles a comunicar por correo electrónico: [email protected] o enviar al arzobispado de Santa Fe de la Vera Cruz (Av. Gral. López 2720, Santa Fe) toda aquella información de la que se pueda, de alguna manera, deducir elementos favorables o contrarios a la reputación de santidad de la citada hermana Cecilia María de la Santa Faz.
Además, siendo necesario recoger, conforme a las disposiciones canónicas, todos los escritos que se le atribuyen (diarios, cartas, o cualquier otro escrito privado) o de cualquier modo pertinentes al caso, se ordena a quienes están en posesión de ellos enviarlos con la debida prontitud al mismo arzobispado, si no hubieran sido ya entregados a la postulación. Quienes deseen conservar los originales pueden enviar una copia debidamente autenticada.
El edicto estará publicado durante tres meses tanto en la catedral de Santa Fe como en el Carmelo San José y Santa Teresa, basílicas y santuarios arquidiocesanos. También será publicado en los medios oficiales del arzobispado, así como en cualquier lugar vinculado a la figura de la Hermana Cecilia, con el consentimiento del ordinario correspondiente.
Firman el edicto, Sergio Alfredo Fenoy, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y, por mandato, el canónigo Alexis Louvet, canciller, con fecha 14 de febrero de 2024.
La carmelita que combatió el cáncer con una sonrisa
La historia de la hermana Cecilia María se viralizó luego de que millones de usuarios compartieron en las redes sociales las imágenes de su agonía, un tiempo en el que nunca perdió la paz ni la alegría.
“Nos quería mucho y tenía un don especial para llegar a los corazones. El amor que tenía para nosotras siempre fue exigente y fiel. Estaba preocupada por todas nuestras necesidades y fue muy atenta a los problemas de nuestras familias”, dijo en una entrevista la madre María Magdalena de Jesús, priora del monasterio de San José y Santa Teresa, donde la joven carmelita vivió dedicada a la oración y la vida contemplativa.
Sobre su enfermedad, indicó que “al igual que en toda su vida, luchó para identificar lo que Dios le pedía”.
Breve biografía
La hermana Cecilia María nació el 5 de diciembre de 1973 en San Martín de los Andes, siendo la segunda de 10 hermanos. Desde muy niña amó la oración, ir al campo con su familia, divertirse sanamente con sus amigos y viajar.
Se graduó de enfermera y a los 26 años de edad, el 8 de diciembre de 1997, hizo sus primeros votos como carmelita descalza. Su profesión perpetua la realizó el 7 de junio del 2003.
El 11 de diciembre del 2015 le diagnosticaron cáncer de lengua y al poco tiempo la enfermedad hizo metástasis pulmonar.
El tratamiento para combatir el cáncer se realizó en Buenos Aires y la carmelita fue hospedada en el Carmelo de Lisieux. El 21 de enero del 2015 le colocaron el botón de gastrostomía, y desde ese entonces no pudo volver a ingerir alimentos o tomar agua.
El 19 de marzo del 2015 regresó a su comunidad en Santa Fe, sin embargo, un mes y medio después su enfermedad recrudeció y viajó a la capital para continuar con el tratamiento.
Sus últimos momentos los compartió con su familia, el superior del Carmelo en Argentina y hermanas de varias comunidades.
En un trozo de papel colocó último deseo: “Estaba pensando cómo quería que fuera mi funeral. Primero poco de fuerte oración, y después una gran fiesta para todos. ¡No se olviden de rezar pero tampoco de celebrar!”
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