La caída frente a Estudiantes (BA) en Caseros de este sábado por la tarde no solo significó otra derrota para Colón, también dejó en evidencia una constante que empieza a ser parte del problema: nadie habla cuando el equipo pierde. Ni explicaciones, ni autocrítica, ni señales de reacción.
Como casi siempre cuando Colón pierde, no habla nadie
Colón fue una lágrima en Caseros, perdió 1-0 con Estudiantes (BA) y el plantel y cuerpo técnico optaron por, para variar, el silencio
Por Ovación

Prensa Colón
Un silencio que condena en Colón
Solo un silencio que se vuelve más pesado con cada revés. Insoportable para la gente a esta altura. El dato es tan contundente como desolador: 10 partidos sin ganar y 20 derrotas en la temporada. Para un plantel armado con la ambición de pelear arriba, el desenlace terminó siendo la simple supervivencia.
La permanencia quedó asegurada no por méritos propios, sino por los pobres números de Talleres (RE) y CADU, que firmaron campañas aún más flojas. Como ya se enunció, si estaba en la otra zona estaría sufriendo por no descender. Fue lo "mejor" que le tocó, en un año que se volvió una pesadilla.
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El 2025 quedará marcado como un año de fracaso deportivo para Colón. El presente inmediato no ofrece alivio: Ezequiel Medrán todavía no ganó desde que asumió y su futuro es una incógnita cada vez más grande. Lo trajeron para enderezar el rumbo y todo sigue igual. Claramente, el problema está en el plantel.
Mientras tanto, el silencio se multiplica. Un silencio que no protege, sino que retrata la impotencia de un equipo sin respuestas, que se hunde en la malaria y se queda sin argumentos dentro y fuera de la cancha.