El futuro de Ezequiel Medrán en Colón se convirtió en uno de los temas más sensibles en la antesala de las elecciones del próximo 30 de noviembre. El entrenador, que condujo al Sabalero durante la última parte de un segundo semestre cargado de tensiones y reconstrucción, manifestó abiertamente su deseo de continuar, aunque su permanencia dependerá de quién asuma la conducción del club.
Medrán: ¿solución deportiva o un dolor de cabeza para Colón?
Ezequiel Medrán tiene contrato con Colón por todo el 2026, quiere seguir, pero no hay consenso entre las agrupaciones. ¿Qué podría pasar?
Por Ovación
UNO / José Busiemi
Ezequiel Medrán, con la idea fija en Colón
El propio DT lo dejó claro, primero en la conferencia posterior al triunfo ante Defensores Unidos en el Brigadier López, y luego en una entrevista con el periodista Adriel Driussi. “Tengo contrato hasta diciembre de 2026 y ganas de seguir. Pero también quiero escuchar qué proponen las nuevas autoridades. Colón necesita un trabajo serio, coherente y con compromiso total para volver al lugar que merece”, señaló.
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Medrán no solo habló de su situación personal, sino también del futuro deportivo. “El trabajo ya empezó —dijo—. Tenemos unos 55 nombres analizados, cinco por puesto. Algunas opciones son posibles, otras no, pero Colón sigue siendo un nombre fuerte en el mercado”. Detrás de esa frase hay planificación, pero también incertidumbre: el entrenador empezó a diseñar un nuevo proyecto sin saber si será él quien lo lidere.
Según pudo saberse, ya se reunió con dos agrupaciones y conversó telefónicamente con otra. Todas mostraron interés en conocer su plan de trabajo, aunque con distintos matices. Hoy, el escenario político marca una línea de corte: si ganan Ricardo Luciani, Ricardo Magdalena, Gustavo Abraham o Carlos Trod, el camino de Medrán tendría continuidad. En cambio, si el triunfo es para José Alonso, el futuro deportivo sería con otro técnico.
Qué pasará si Medrán no está en los planes del nuevo gobierno de Colón
El dilema es tan futbolístico como económico. Si Medrán no forma parte del nuevo proyecto, Colón deberá negociar su salida anticipada, con contrato vigente hasta diciembre de 2026. En medio de una economía golpeada —el club todavía gestiona la inhibición de FIFA por la deuda con Alberto Espínola y debe tres meses de derechos de imagen al plantel—, cualquier rescisión representaría un costo difícil de absorber.
Por eso, lo que a simple vista parece una solución a mano, con un entrenador ya en funciones, conocedor del plantel y del contexto, también puede convertirse en un problema de gestión. Su continuidad depende más de los votos que de los resultados.
El técnico que construyó su reputación en Gimnasia de Mendoza, y que hoy es uno de los nombres más valorados de la categoría, espera una señal política que lo respalde. Mientras tanto, Colón vive una paradoja: tener un DT que quiere quedarse, pero que podría no tener dónde seguir.
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En ese tablero cruzado entre fútbol y dirigencia, Ezequiel Medrán encarna tanto una oportunidad como un riesgo. Una figura que representa un proyecto, pero que también podría transformarse en un gasto más en un club que todavía busca equilibrio.
El tiempo y las urnas decidirán si Medrán es parte de la reconstrucción o una víctima más de las coyunturas que Colón no logra dejar atrás.













