A la hora de ponderar las virtudes que mostró Colón en estas tres primeras fechas, sin dudas que la principal se trata de la solidez que adquirió el equipo, al punto tal de mantener la valla invicta. Con un par de cambios en referencia al bloque defensivo que jugó el torneo pasado, Paolo Montero comienza a imprimirle su sello.
Una marca que hace historia

UNO de Santa Fe/Manuel Testi
Nadie puede dudar del conocimiento que tiene el entrenador uruguayo en ese aspecto, ya que fue un eximio marcador central y la mayor parte de su carrera la hizo en Juventus de Italia. Justamente el fútbol italiano se especializó en el arte de defender y por eso el DT sabalero tiene bien en claro cual es la fórmula para intentar ser un equipo equilibrado.
Obviamente que a veces lo podrá lograr como en estos tres encuentros y en otras quizás las cosas no salgan de la mejor manera, pero si está claro que los jugadores entienden el mensaje y la manera en que deben llevar adelante el dispositivo táctico para evitar que le conviertan.
Las dos caras nuevas que presentó la defensa en este campeonato se acomodaron muy bien y le otorgaron respuestas al equipo. Lucas Ceballos es un lateral muy prolijo que conoce el puesto a la perfección, dado que tiene una extensa trayectoria y es difícil observarlo mal parado. Sin hacer nada del otro mundo le sacó una ventaja enorme a los anteriores futbolistas que se desempeñaron en ese puesto como Cuevas, Castillo y Garnier.
Por su parte Guillermo Ortiz se adaptó muy rápido para integrar, junto a Germán Conti, una zaga central firme en la marca y además de buen juego aéreo. Jugó dos buenos partidos, en el debut ante el Tiburón y el viernes frente a Talleres, y con Banfield no arrancó bien, pero después levantó su rendimiento. Mientras que Conti está en un buen nivel como el que había alcanzado el año pasado.
Quizás en el lateral izquierdo está la mayor incógnita, dado que Clemente Rodríguez alternó buenas y malas y por eso no estuvo presente en el último cotejo y Raúl Iberbia ante Talleres tuvo algunos problemas en la primera etapa, pero con el correr de los minutos mejoró en la marca y también en la salida.
En el caso de Jorge Broun, tuvo dos muy buenas actuaciones ante Aldosivi y Banfield. Incluso frente al Taladro fue la figura de Colón con un par de tapadas decisivas cuando el equipo era superado. En cambio con Talleres se mostró irregular, producto de varias fallas con la pelota en los pies y con una mala salida que casi termina en gol de la T.
Números que hacen historia
Desde que Colón volvió a Primera División en 1995 disputó 40 torneos, al que habría que sumarle uno más, que fue el de la B Nacional que jugó en la segunda mitad del 2014. Pero en ninguno de ellos pudo mantener el arco invicto en los primeros tres partidos. Un hecho sin dudas sorprendente teniendo en cuenta los años que el Sabalero se mantuvo en la máxima categoría del fútbol argentino.
Por lo cual esta marca que obtuvo el elenco conducido por Montero merece ser destacada en función de los antecedentes mencionados. Si bien en el semestre pasado el arranque había sido demoledor con tres victorias consecutivas y un nivel de juego muy alto, al equipo le habían marcado en el debut ante Arsenal y en el siguiente partido Quilmes le convirtió dos tantos.
En el campeonato de la B Nacional en los primeros tres encuentros sufrió un solo gol en contra, que fue por la segunda fecha ante Gimnasia de Jujuy cuando el partido finalizaba, fue la marca que más se aproxima a este récord que alcanzó ahora el Rojinegro.
En consecuencia, sin ser una proeza ni mucho menos, la realidad indica que lo logrado hasta el momento es muy valioso para Colón y que deberá continuar por esta senda para sumar puntos.
En el certamen anterior, el Sabalero sufrió 31 goles en 16 partidos, casi dos por encuentro. Una enormidad para un equipo que intenta ser protagonista y también que pretenda consolidarse en la tabla de los promedios. Una de las prioridades con las que llegó Montero, fue la de reducir drásticamente el porcentaje de goles en contra.
Trabajó durante la pretemporada y a la línea de cuatro le añadió dos volantes centrales (Adrián Bastía y Gerónimo Poblete) para equilibrar el equipo. Por ahora lo va consiguiendo y es por eso que Colón disfruta de estar en los primeros puestos, por su efectividad, pero también por su solidez manifiesta.