La militancia woke de Disney está cerca de disminuir, después de que el actual directivo Bob Iger remarcó que la misión de la compañía “debe ser entretener” y “no guiarse por una agenda”. Recientemente, Disney renunció a imponer ese “cambio del mundo” a sus espectadores y canceló el estreno de una historia transgénero, Win or Lose, que estaba previsto para Disney+ el próximo 19 de febrero.
Disney se aleja de la cultura woke: razones del cambio de su rumbo ideológico
La militancia woke de Disney está cerca de mermar, y el actual directivo remarcó que la misión de la compañía “debe ser entretener, no guiarse por una agenda”

La Sirenita, Disney, contrató a una actriz negra para interpretar a la caucásica y pelirroja Ariel

Hola Charly, la serie de Disney que introdujo en 2014 la temética LGTB
Una decisión de tal magnitud, tomada por una compañía que siguen cada día decenas de millones de personas –ya sea en plataformas, películas, cines, parques– genera dudas e incomprensión. ¿Qué motivó este cambio? ¿Por qué la directiva de Disney pasa de prometer la inclusión forzosa de personajes LGBT en sus cintas –pese a las pérdidas– a retirarlas de su agenda? ¿Es por intereses económicos, por política, por convicción? Y sobre todo, ¿cuánto durará el cambio?
Fin del "cambio real" en Disney: "Debemos entretener"
Lo cierto es que la incorporación de Disney al “pensamiento único” y adoctrinamiento woke se remonta incluso antes del origen mismo de lo woke y la cancelación.
En 2014, Disney protagonizó una sonora polémica a raíz de la serie Buena suerte, Charlie y su decisión de incorporar en ella a Susan y Cheryl, las “dos madres” de Taylor, la amiga de la protagonista. El objetivo, explicó uno de los responsables de las emisiones, era “reflejar los temas de la diversidad y de la inclusión” pero el escándalo, lejos de ser por “reflejar” aquella situación, fue también la normalidad con que aquello fue recibido por el resto de personajes: “Ninguna sorpresa ni situaciones embarazosas. Ninguna discusión con los hijos sobre lo que significa todo esto”, expresó el Wall Street Journal.
Lo que en un principio fue una aparición estelar, de segundos y excepcional no tardó en convertirse en la norma a partir de entonces. Desde aquella aparición comenzaron a surgir un sinfín de ejemplos que, por el momento, parecían dirigirse exclusivamente a la temática LGBT.
Se pudo ver en Stan contra las Fuerzas del Mal, también de Disney Channel, serie para menores que ya en 2017 era famosa por sus escenas de dibujos homosexuales, personajes transexuales e incluso la promoción de esta última tendencia: "No importa si es un chico –se dice del personaje trans–, nada de lo que nos ha dicho estaba equivocado". Otra afirma: "Él puede ser una princesa si quiere".
Las plataformas del gigante del entretenimiento, especialmente Disney + y Disney Channel, funcionaron como su principal medio de difusión de adoctrinamiento, relegando las películas a detalles sutiles y ocasionales pero con un gran peso específico.
La "nada secreta agenda gay", también en las películas
Es el caso de Buzz Lightyear, estrenada en 2022, que mostró al público el primer beso homosexual de la compañía, de escasos dos segundos pero generalmente visible, o de Mundo extraño, de noviembre de 2022, con una pareja abiertamente homosexual en la película. Su productora ejecutiva, Latoya Raveneau, reconoció haber implementado una agenda gay en la programación, así como contenidos queer:
"Nuestros jefes fueron muy acogedores con mi nada secreta agenda gay. Sentí un impulso, una sensación de que no tenía que tener miedo a que dos personajes (queer) se besasen. Añadía contenidos queer a la programación siempre que podía. Nadie podía detenerme", comentó en un video.
Otros rasgos de la doctrina woke, como la teoría crítica de la raza, se implementaron en reboots como el de La Sirenita, donde Latondra Newton contrató a una actriz negra para interpretar a la caucásica y pelirroja Ariel. Los batacazos de los contenidos en diversidad de Newton desembocaron finalmente en su despido el pasado 2023, tras seis años de producciones con su firma woke.
Contenido transgénero, gay, queer y de teoría crítica empezó a dominar todas las producciones infantiles como parte de una decisión aplaudida por los mandamases de la cúpula de Disney.
Balance: lo que Disney ha perdido y lo que ha ganado con lo woke
Tras años de una activa y agresiva militancia woke, lo que Disney ha perdido es mucho más de lo que ha ganado: su incursión en producciones adoctrinadores ha sido una auténtica catástrofe tanto en su economía como en sus clientes. Su imagen de marca quedó duramente castigada, y solo tras años de rechazo a las políticas de diversidad, equidad e inclusión, y con el regreso a su tradicional política “family friendly” quizá pueda recuperar la confianza de los espectadores.
Por qué la carrera woke de Disney promete finalizar
Disney parece haber tomado la decisión de poner fin a su enfoque en políticas "woke". Este cambio obedece a múltiples razones entre las que están el rechazo político y social.
Por otro lado el impacto económico, con el consiguiente saldo de pérdidas y ganancias. Las políticas woke resultaron en pérdidas económicas, un desgaste de la imagen de marca y conflictos políticos. Lo ganado se limita al respaldo de ciertos lobbies progresistas, de difícil impacto tangible.
Iger ha reconocido la necesidad de contar historias que no alienen a la audiencia. Disney parece haber aprendido que menos ideología se traduce en mayor aceptación y éxito financiero. Su continuidad en esta estrategia dependerá del próximo liderazgo, ya que Iger planea dejar su puesto en 2026.