Una encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA), refleja un panorama de severo deterioro financiero en el sector productivo, con especial impacto en las pequeñas y medianas empresas (pymes). Esta situación se caracteriza por una creciente incapacidad para hacer frente a las obligaciones operativas básicas y un marcado endurecimiento en las condiciones de pago y crédito.
Alarma en las pymes: la mitad de las industrias ya no puede cubrir salarios, impuestos o proveedores
Una encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA), reflejan un severo deterioro financiero en el sector productivo, especialmente en las pymes
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Preocupación en el sector pymes, por el deterioro financiero.
Crisis de liquidez en el sector industrial
El informe de la UIA pone de manifiesto una crisis de liquidez generalizada:
Incapacidad de cobertura: casi la mitad del sector industrial (cercano al 50%) enfrenta serias dificultades para cubrir simultáneamente los salarios, los impuestos y el pago a proveedores. Esto significa que las empresas se ven obligadas a priorizar obligaciones, generando atrasos y estrés en la cadena de pagos.
Falla generalizada: un preocupante 8,2% de las empresas encuestadas reporta directamente que ya no logra cubrir ninguno de estos tres rubros esenciales. Este porcentaje indica que una porción significativa del tejido productivo se encuentra en una situación crítica, al borde del colapso operativo.
Endurecimiento del crédito y estrés financiero
La falta de liquidez en las empresas se ve reflejada en indicadores macroeconómicos de riesgo y en la alteración de las prácticas comerciales:
Cheques sin fondos: en el último trimestre se registró un aumento alarmante de 30% a 40% en la cantidad de cheques rechazados por falta de fondos. Este incremento es una señal directa del estrés financiero y de la falta de capacidad de repago a corto plazo en la economía.
Restricción de medios de pago: la desconfianza en la cadena de crédito se ha generalizado, llevando a que las transacciones se limiten al “solo efectivo o transferencia”. Esta práctica elimina el plazo de financiación implícito en el cheque, forzando a las empresas a operar sin crédito comercial y profundizando la crisis de capital de trabajo.
Impacto en la pymes y casos extremos
El estrés financiero golpea con mayor fuerza a las pymes, que suelen tener una menor espalda financiera para soportar atrasos y ciclos de pago extendidos.
Cobros del Estado: uno de los factores claves que agrava la situación de las pymes es el alargamiento de los plazos de cobro al Estado. Estos plazos se han estirado desde un promedio de 30-45 días hasta 60-90 días, lo que inmoviliza capital de trabajo crucial para estas empresas.
Evidencia de crisis sistémica: el texto ejemplifica la magnitud del problema con casos extremos, como el de Bodega Norton, una empresa de gran envergadura. El rechazo de 40 cheques por $618 millones y la acumulación de una deuda bancaria de más de $42.000 millones señalan que la crisis de liquidez no se limita a las pymes, sino que afecta a todo el espectro corporativo, evidenciando un problema sistémico en la economía.
En resumen, los datos de la UIA y los indicadores financieros sugieren que el sector industrial enfrenta una coyuntura crítica donde la falta de liquidez y la pérdida de confianza en el crédito están poniendo en riesgo la sostenibilidad operativa y financiera de una parte significativa de las empresas argentinas.
















