Un testigo dijo este viernes y durante el desarrollo del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, que el rugbier Lucas Pertossi, uno de los ocho acusados, lo interceptó en la ciudad bonaerense de Zárate y lo amenazó de muerte y con robarle a moto.
"Te voy a matar hijo de puta, te voy a robar la moto"
En el cierre de la segunda semana de testimonios ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, declararon además dos bomberos voluntarios que asistieron a Báez Sosa minutos después de ser atacado, y aseguraron que al llegar al lugar del hecho "no tenía signos vitales".
"Te voy a matar hijo de puta, te voy a robar la moto", fue la frase que según el testigo Pablo Gastón Zapata, un joven oriundo de la misma localidad que los ocho acusados, le dijo Pertossi (23) al interceptarlo y golpearlo en un bar, el 15 de diciembre de 2019.
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Según precisó, durante ese incidente, tropezó con un escalón y sufrió una fractura en la parte superior de la tibia, y al caer, el mismo acusado le "tiraba cosas".
Zapata precisó en ese sentido ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari que al salir de ese local, "la moto ya no estaba ahí".
Declaró además que cinco días antes de ese ataque había sufrido "una patoteada" y "una golpiza" por parte de un grupo del que Pertossi también formaba parte.
Zapata aseguró que había denunciado el robo y la golpiza, aunque sin precisar entonces el nombre del presunto autor, aunque fuentes cercanas a la defensa de los rugbiers dijeron tras la audiencia que Lucas Pertossi "nunca estuvo imputado por ese hecho".
Este testigo completó la última jornada de la segunda semana del juicio, que se había puesto en marcha minutos después de las 10.30 con la declaración de Verónica Onieva y Javier Timoteo, efectivos del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa Gesell, quienes asistieron a Báez Sosa en la madrugada del crimen, y aseguraron que al llegar al lugar del hecho "no tenía signos vitales".
La primera en declarar fue Onieva, quien explicó que a las 5.03 de ese 18 de enero recibieron el reporte de una emergencia "por una persona en la vía pública inconsciente", y dos minutos más tarde llegaron al sitio frente al boliche "Le Brique".
"Nos encontramos con una persona en el piso a la cual le estaban haciendo RCP", relató la testigo, y dijo que "no tenía signos vitales", por lo que continuaron con las maniobras de reanimación indicadas por el dispositivo desfibrilador utilizado, hasta que diez minutos más tarde llegó una ambulancia.
En la misma línea, Timoteo declaró que, en base a otro trabajo suyo como ambulanciero, consideró que la joven que le practicaba maniobras de reanimación a Fernando cuando ellos llegaron al lugar "estaba bien posicionada".
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Si bien otra decena de testigos estaban pautados inicialmente para este viernes, todos ellos fueron desistidos tanto por los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García, como por los abogados de la familia de la víctima, Fernando Burlando y Fabián Améndola, por lo que se trató de la jornada más breve desde el inicio del juicio, el último 2 de enero.
Al igual que en todas las audiencias previas -salvo ante situaciones excepcionales en las que prefirieron salir momentáneamente del recinto-, el debate fue presenciado por Graciela Sosa y Silvino Báez, padres del estudiante de abogacía asesinado.
También estuvieron presentes, pero en el banquillo de los acusados, los ocho imputados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21) y Ciro Pertossi (22).
El defensor Hugo Tomei ingresó a los tribunales más de dos horas antes del inicio de la audiencia, y mantuvo desde las 8 una reunión técnica con los acusados en la planta baja del edificio.