En la mañana de este viernes 13 de enero comenzó la décima jornada de audiencias del juicio por el homicidio de Fernando Báez Sosa, que se desarrolla en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Dolores.
Los bomberos que asistieron a Báez Sosa lo encontraron "sin signos vitales"

Los bomberos debieron declarar en el juicio a los acusados de matar a Fernando Báez Sosa
Este viernes prestaron testimonio dos bomberos voluntarios que asistieron a la víctima tras la salvaje golpiza de los jóvenes a la salida del boliche Le Brique, en la madrugada del 18 de enero de 2020, en Villa Gesell.
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Si bien estaba pactado que declaren en la primera semana del juicio, recién lo hicieron hoy. En el caso de la bombera Verónica Onieva, sostuvo que al arribar a la escena del crimen Fernando Báez Sosa "no tenía signos vitales".
Su compañero Javier Timoteo confirmó la mismo y agregó que Onieva sustituyó a Virginia Pérez Antonelli en las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), pero que ya entonces la víctima no tenía signos vitales.
Javier Timoteo, bombero voluntario de Villa Gesell, fue el segundo testigo de la jornada. Su testimonio fue similar al de su compañera. Dijo que al llegar a Le Brique, notó Fernando “no tenía signos vitales”. Explicó que había una mujer practicándole RCP –por Virginia Pérez Antonelli, que fue testigo en el juicio– y que junto a Onieva colocaron el DEA, el desfibrilador externo automático. “Cuando no hay corazón activo, el aparato pide que se hagan masajes cardíacos”, aseguró.
Según Timoteo, entonces, su compañera siguió con la maniobra de RCP. “Yo hice otra vez el chequeo con el DEA y seguía sin signos vitales. Hicimos el relevo, yo le hice RCP y llegó la ambulancia. Después ayudamos a cargar el paciente a la camilla y lo trasladaron al hospital”, sostuvo.
La primera testigo fue Verónica Onieva, bombero voluntario de Villa Gesell desde hace 15 años. Contó que la madrugada del 18 de enero recibió un llamado a las 5.03 en el cuartel, anunciando que había una persona en la vía pública, inconsciente enfrente del boliche. “Fuimos y nos encontramos con una persona en el piso a la cual le estaba haciendo RCP una mujer. Le pedimos que nos deje intervenir y mi compañero comenzó a hacerle maniobras de RCP, le conectamos el DEA, constatamos si tenía signos vitales: no tenía”, explicó.
Un testigo denunció amenazas y un robo de Lucas Pertossi
Quien también declaró hoy fue Pablo Gastón Zapata, un joven que vive en Zárate y que denunció haber sido agredido por Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi meses antes del asesinato de Báez Sosa. También sostiene que Lucas Pertossi le robó la moto.
Zapata fue claro al acusar a Lucas Pertossi sobre una amenaza: “Hijo de puta, te voy a matar, te voy a robar la moto”, recordó que le dijo. “No soy quien para juzgar a este chico. Hice la denuncia. Sé que fue él”, expresó sobre el robo de su moto por el que denunció a Pertossi.
Después de la muerte del estudiante de abogacía, Zapata declaró en varios medios cómo lo habían atacado los rugbiers. La dinámica de las peleas –una con fecha del 10 y otra con fecha del 15 de diciembre de 2019– fue similar a la de Villa Gesell un mes después.
En una entrevista para Canal 9 dijo: "La primera vez nos atacaron a piedrazos entre doce. Hicieron ese cercado que te hacen ellos para que nadie se escape. Pensé que me mataban. Hasta el día de hoy siento puntadas en la cabeza".
Sus palabras coinciden con las de Francisco Santoro, amigo del remero Pablo Ventura, cuando declaró en el juicio. El joven explicó cómo era el modus operandi del grupo en Zárate: "En una previa, uno de ellos lo provocó a uno de mis amigos. La forma en que te provocan o buscan tu reacción es con empujones, a propósito. Un toque en la cabeza o un vaso derramado. Te ponían a prueba a ver tu reacción. Te quedabas callado y te alejabas o reaccionabas mal".
Sobre Lucas Pertossi, detalló: "Empezó una pelea adentro que terminó afuera con un chico lastimado. No era humano ver lo que estaba pasando. Es el que siempre te pone a prueba con empujones, con golpes, con lo que sea".
Burlando le preguntó a Santoro si el rugbier era muy agresivo, a lo que contestó: "Sí, totalmente. Para que te des una idea: el chico termino hospitalizado con fractura de cadera". En último lugar le consultó: ¿Qué concepto te merecen los acusados?". "Son personas cuya su diversión era salir a buscar pelea a la noche: les divertía pelear”, finalizó el testigo.