Para Muise, “es importante mantener una relación íntima con la pareja, pero no se necesita tener sexo todos los días”. Siempre se ha dicho, y muchos artículos lo han afirmado hasta la saciedad que cuanto más sexo se tiene en una relación, mejores niveles de bienestar tendrá. Sin embargo, este estudio, llevado a cabo a través de encuestas a 30.645 personas realizadas a lo largo de cuatro décadas, muestra otra cosa.
El estudio también defiende que la asociación entre frecuencia sexual y bienestar sólo es importante para las personas que mantienen una relación, y no para las personas solteras. “Es posible que para los solteros, el vínculo entre el sexo y la felicidad dependa de una serie de factores, como por ejemplo, el contexto en el que se produce la relación, o lo cómodo que se sienta la persona con el sexo fuera de una relación”, señala la investigadores principal del estudio publicado en La Vanguardia.
“Los hallazgos del estudio no significan necesariamente que las parejas deben tener más o menos relaciones sexuales para alcanzar el promedio semanal, sino que los miembros de la pareja deben discutir o acordar si se están cumpliendo sus necesidades sexuales”, esgrime Muise. Lo importante, según la investigadores, “es mantener una relación íntima con su pareja, sin poner demasiada presión en mantenerlas con tanta frecuencia”.
En otro experimento de la Universidad Carnegie Mellon en 2015 se observó que un grupo de parejas a las que se pidió que doblasen su práctica sexual no mejoraban su bienestar en comparación con otro grupo de amantes que siguieron con su ritmo habitual. Es verdad que, en este punto, se hace complicado calcular si la presión de sentirse obligado a tener más sexo influye negativamente en hacer del sexo un acto placentero.