La Fiscalía Federal de Rosario ordenó la detención de tres empleados del Correo Argentino sospechados de haber montado un servicio de entrega de encomiendas que evadía controles aduaneros a cambio de un rédito económico. Una cuarta persona, señalada como clienta de este circuito paralelo, también quedó involucrada.
Tres empleados de Correo Argentino detenidos por montar un "servicio paralelo" de encomiendas que no pasaban por Aduana
Son jerárquicos y empleados de la empresa pública, sospechados de recibir el 50 por ciento de los tributos que los destinatarios de los productos debían pagar. La Policía Federal allanó la casa central de la firma, ubicada en Buenos Aires y Córdoba.

Tres empleados de Correo Argentino detenidos por montar un "servicio paralelo" de encomiendas que no pasaban por Aduana
A pedido de la Oficina de Criminalidad Económica de la Unidad Fiscal, en un legajo a cargo de la fiscal Soledad García, personal de la Policía Federal allanó la casa central del Correo Argentino, ubicada en Córdoba y Buenos Aires, como medida para desbaratar una organización ilegal integrada por personal jerárquico y empleados de esa empresa estatal, según indicaron fuentes judiciales. El juez que autorizó los allanamientos fue Eduardo Rodrigues da Cruz.
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El grupo investigado, del que por el momento se mencionó a al menos tres personas aprehendidas, está en la mira por haber montado un sistema de sustracción de encomiendas internacionales para evadir el control aduanero de Rosario y entregarlas directamente a los destinatarios, previo acuerdo de pago de un 50 por ciento de los impuestos que debían abonar. Entre los involucrados habría un empleado que se jubiló recientemente. También se mencionó que una usuaria de la prestación clandestina fue demorada.
A fines de abril, la misma investigación derivó en procedimientos en los que la PFA incautó mercadería importada durante allanamientos en siete domicilios particulares de Rosario, dos de Buenos Aires y la sede central de la empresa pública Correo Argentino. En ese entonces no hubo órdenes de detención.
Los investigadores creen que este sistema irregular funcionó durante al menos una década e involucraba a varios destinatarios formales de las encomiendas, quienes actuaban en connivencia con personal del Correo para utilizar el “servicio paralelo”.