El juicio oral y público contra Martín Kunz, exalumno del Liceo Militar General Belgrano, llegó este miércoles a su instancia final con una condena a prisión perpetua por el homicidio de Rubén “Bigote” Walesberg, chofer que trasladaba a un grupo de cadetes, y por el ataque armado contra los estudiantes ocurrido el 19 de agosto de 2022.
Martín Kunz fue condenado a prisión perpetua por el homicidio del chofer Rubén Walesberg y el ataque a cadetes del Liceo Militar
El tribunal resolvió la culpabilidad del exalumno del Liceo Militar tras seis jornadas de alegatos. La querella y la fiscalía habían solicitado la pena máxima. El brutal ataque ocurrió el 19 de agosto de 2022 en la Ruta 1



Bestial. Kunz se subió a la combi por la puerta del acompañante y le asestó varias puñaladas al conductor en su rostro.
La decisión se conoció tras seis intensas jornadas de debate en las que se presentaron pruebas, testigos, registros fílmicos y pericias que acreditaron la responsabilidad penal del acusado.
La voz de la querella
La abogada Mariana Oroño, representante de varios de los cadetes y parte querellante, sostuvo antes de conocerse la sentencia que “los elementos estaban dados para lograr una condena a perpetua”. La letrada subrayó que la prueba incorporada en juicio –testimonios, planimetrías, fotografías y registros de cámaras– permitía concluir que Kunz cometió un homicidio criminis causae, seguido de privación ilegítima de la libertad y tentativa de homicidio contra algunos de los estudiantes.
En relación con la declaración de Kunz durante el proceso, Oroño la calificó como “inverosímil y frustrante para las víctimas y sus familias, que esperaban respuestas tras más de tres años de silencio”. Asimismo, recordó que el acusado intentó fugarse en plena investigación intercambiando identidades con su hermano, lo cual consideró “una muestra de falta de respeto hacia la Justicia y hacia las víctimas”.
El fiscal: “Un ataque planificado”
Por su parte, el fiscal Estanislao Giavedoni sostuvo que el crimen fue planificado. Según explicó, Kunz sabía que el vehículo en el que viajaban los cadetes y el chofer solía detenerse en un negocio de la Ruta 1, y eligió ese momento y lugar para perpetrar el ataque.
El funcionario judicial reconstruyó la secuencia de los hechos: “Cuando Walesberg y los diez cadetes ya habían subido al vehículo, Kunz ingresó por la puerta del acompañante y atacó intempestivamente al conductor. Lo apuñaló en el cuello y en el rostro, provocándole la muerte en el momento”.
A continuación, el agresor intentó asesinar a cuatro de los cadetes, a quienes causó múltiples heridas. Otros tres jóvenes lograron escapar y pedir auxilio, mientras que los siete restantes fueron privados de la libertad y obligados a continuar la marcha durante cinco kilómetros bajo amenazas, hasta que la policía interceptó el vehículo y detuvo al atacante.