Un hecho conmueve a la ciudad de Reconquista y reabre un debate sensible: una niña de 12 años intentó quitarse la vida luego de sufrir bullying sistemático en la Escuela N° 1354 "Claudio Lepratti". El episodio fue revelado por la madre de la estudiante, cuyo testimonio desnuda tanto el padecimiento de la víctima como la inacción de las instituciones que debían intervenir.
Acoso escolar y salud mental: el caso de una niña en Reconquista reabre el debate sobre la prevención del suicidio
Una estudiante de 12 años intentó suicidarse tras sufrir maltratos reiterados en la escuela. Su madre cuestionó la falta de acompañamiento. El psicólogo Sergio Brodsky alerta sobre la necesidad de políticas efectivas contra el acoso escolar

Jose Busiemi
“La escuela sabía lo que pasaba y siempre lo minimizaron”, expresó la mujer. La madre, policía de profesión, relató que el hostigamiento constante por el físico de su hija destruyó su autoestima y la empujó a un extremo desesperado. “Quiso terminar con su vida porque está cansada de los maltratos”, denunció.
Un testimonio que duele
El relato de la madre deja al descubierto una cadena de factores que agravaron la situación. Por su trabajo, debía cumplir largas guardias a 550 kilómetros de distancia, lo que la mantenía alejada de su hija. Esa ausencia se transformó también en motivo de burla: “Los compañeros le decían que yo estaba lejos porque no la quería”, contó entre lágrimas.
La mujer señaló además que no logró obtener el traslado laboral que le hubiese permitido estar cerca de su familia. “Hablé con todo el mundo, pero nunca tuve respuesta. La escuela se lavó las manos y mis superiores también. Para ellos soy un número”, remarcó.
El momento más duro de su testimonio fue cuando admitió sentirse atrapada: “Mi hija llegó llorando con los médicos diciendo lo que sufre en la escuela y yo no estaba para defenderla. Elegí mi trabajo, pero me duele en el alma”.
La mirada de los especialistas
Para comprender la gravedad del fenómeno, el psicólogo y especialista en prevención del suicidio Sergio Luis Brodsky advirtió que “el bullying es un factor de riesgo. No existe una causa única que explique un intento de suicidio: siempre es multicausal y multidimensional, pero la humillación y el maltrato reiterado incrementan la angustia y la depresión en la adolescencia”.
Brodsky, en diálogo con el programa Dame Radio por UNO 106.3, insistió en que la escuela no puede mirar para otro lado: “Necesita políticas claras contra el bullying, capacitación docente y un trabajo sostenido con estudiantes y familias. Minimizar o naturalizar estas prácticas como ‘cosas de chicos’ es un error que puede tener consecuencias irreparables”.
El especialista recordó además que el 28 de septiembre se cumplieron 20 años de la tragedia de Carmen de Patagones, el primer caso resonante en el país que visibilizó la relación entre bullying y violencia extrema en un aula. “Ese hecho debería haber sido un llamado de atención para trabajar preventivamente, pero aún hoy las escuelas carecen de herramientas concretas”, lamentó.
La ley que no se aplica
En 2013, el Congreso sancionó la Ley de Promoción de la Convivencia y Abordaje de la Conflictividad Social en las Instituciones Educativas, conocida como ley antibullying. Sin embargo, Brodsky señaló que en muchas escuelas “ni siquiera la conocen”, lo que demuestra la falta de implementación como política pública sostenida.
“Las escuelas deben contar con protocolos de intervención, equipos interdisciplinarios y espacios de reflexión que involucren a toda la comunidad educativa. De lo contrario, los chicos quedan atrapados en lo que llamamos una ‘encerrona trágica’: un encierro psicológico del que no encuentran salida”, explicó.
Un problema de toda la sociedad
Más allá del rol de la escuela, el psicólogo enfatizó que el bullying es un problema social y cultural que refleja la discriminación y la violencia del mundo adulto. “Cuando un padre se refiere despectivamente al ‘gordo’, al ‘negro’ o al ‘petizo’, transmite un valor discriminatorio que los chicos replican en la escuela. La prevención también comienza en casa”, sostuvo.
Asimismo, destacó el papel de los clubes de barrio, organizaciones sociales y medios de comunicación como espacios clave para fomentar valores de respeto y diversidad. “El bullying no es otra cosa que tratar lo distinto como inferior. Y debemos enseñar a los chicos que la diversidad enriquece”, concluyó.