El anuncio de 220 despidos en la planta bonaerense de Whirlpool se sumó esta semana a otros cierres y recortes que repercuten directamente en el entramado productivo del país. En Santa Fe, donde la industria es motor económico y social, el impacto se sintió con fuerza.
La industria santafesina atraviesa un momento crítico: advierten que "la tormenta viene" ante nuevos despidos y la presión importadora
La Federación Industrial de Santa Fe expresó una profunda preocupación por el deterioro del empleo fabril, luego de una seguidilla de despidos en empresas con presencia en la provincia
Pymes en jaque tras la apertura de importaciones.
Desde la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) advirtieron este jueves que "la tormenta viene" como consecuencia de la política económica del gobierno nacional.
El secretario de la entidad, Walter Andreozzi, manifestó su inquietud por la situación en Whirlpool, pero centró su análisis en Cramaco y Essen, dos firmas con plantas en la provincia que oficializaron recortes significativos.
“Los factores que llevaron a estas decisiones van a continuar: la apertura indiscriminada de las importaciones y la caída de la demanda”, señaló en diálogo con LT8. Recordó que Santa Fe atravesaba una pérdida de empleo por goteo, pero esta semana se registraron dos golpes fuertes en Sastre y Venado Tuerto, con alrededor de 30 despidos en cada caso. “Todos sabemos lo que significa esa pérdida para una comunidad”, subrayó.
Un panorama que no cambiaría en el corto plazo
Para Fisfe, el reciente triunfo electoral del presidente Javier Milei confirma la continuidad del rumbo económico. “No vemos que el escenario cambie por lo menos en los próximos dos años”, afirmó Andreozzi.
Los casi 300 despidos ocurridos entre Santa Fe y Buenos Aires dejan al descubierto una situación que antes era menos visible, cuando predominaban renuncias negociadas y retiros voluntarios, decisiones que no trascendían públicamente.
El dirigente cuestionó la “disparidad” generada por la apertura de importaciones. Recordó que un economista del equipo de Milei planteaba que se necesitaban dos años de adecuación para competir con productos externos, pero “el proceso comenzó al día siguiente” del inicio de la gestión. La comparativa que usó fue contundente: “Es un equipo de Primera C jugando contra Bayern Munich o Barcelona”.
Costos, impuestos y reformas pendientes
Andreozzi explicó que el modelo actual deja a las industrias locales en clara desventaja. La competencia se define casi exclusivamente por precio y allí las empresas argentinas pierden por la estructura impositiva, los costos logísticos y la falta de políticas complementarias.
Como ejemplo, mencionó que una firma bonaerense exporta a Chile y sus productos terminan siendo más baratos en un shopping chileno que en el centro comercial frente a su propia planta.
Sobre las propuestas de reconversión productiva, fue categórico: “Es como la temporada tres o cuatro de una serie de Netflix: ya lo escuchamos en otros gobiernos”.
“Sin medidas compensatorias, la apertura es una crueldad”
Si bien reconoció que algunos sectores quedaron atrasados y tienen dificultades para sostenerse, sostuvo que eso no justifica una apertura total sin medidas que acompañen: “Sin una acción reparatoria o complementaria, es de una crueldad absoluta”.
También se refirió a la reforma laboral impulsada por el gobierno. Planteó que los sindicatos deben tener un papel más proactivo y adaptarse a los cambios del mundo del trabajo, pero advirtió que los legisladores oficialistas y sus aliados necesitan construir un consenso mínimo. “De lo contrario, lo único que se generará es mayor conflictividad”, señaló.
Santa Fe, en el centro del deterioro industrial
Con más de 30 mil empresas industriales, Santa Fe es una de las provincias que siente con mayor rapidez los efectos de las decisiones económicas nacionales. Para Fisfe, la combinación de importaciones liberadas, retracción del consumo e incertidumbre política pone en riesgo a miles de empleos.
Los despidos recientes, lejos de ser hechos aislados, muestran un proceso que se profundiza. Para la industria santafesina, la preocupación dejó de ser una advertencia: ya es parte de la realidad cotidiana.















