Juan Carlos es de la ciudad de San Justo pero de manera regular viaja a Santo Tomé. Él es docente y vende electrodomésticos y este fin de semana, emprendiendo el regreso a su ciudad, vivió un hecho violento en inmediaciones de Circunvalación Oeste y Teniente Loza. Paró unos segundos en busca de su teléfono, pero lo que siguió fue un hecho violento y de mucho temor.
"Matalo, matalo, matalo": el crudo relato de un automovilista en la Circunvalación Oeste
En diálogo con UNO 106.3 contó lo que le tocó vivir: "El domingo por la tarde, entre las 17.30 y las 18 regresaba de Santo Tomé a San Justo y cuando estaba por Circunvalación a la altura del relleno sanitario me di cuenta que me faltaba el celular, "se me habrá caído", pensé, entonces seguí unos metros y cometí el error de parar a la vera de la ruta, algo que le digo a conocidos que no deben hacer, pero lo hice".
Continuando con el relato detalló: "Paré más o menos a la altura de Teniente Loza, de norte a sur, donde está el primer derivador, para ver si no se me había caído el teléfono entre los asientos. Miré de mi lado, me bajé para revisar en el asiento del acompañante, cuando de repente me pegaron un palazo en la cabeza y ahí empezó la odisea. Dos menores aparecieron y lo primero que me pidieron fue el celular, algo que no tenía, es más después corroboré que lo había dejado en Santo Tomé. Entonces les dije «tomá el auto, tomá la plata, todo lo que tengo» y me fui caminando, así me dejaban tranquilo pensé".
Juan Carlos además de ser docente, vende electrodomésticos. "A veces los tengo en el auto, como en esta oportunidad, así que fui hasta el baúl, lo abrí y se llevaron varias cosas. Pero lo peor de todo no fue el robo, sino que el más chico que tenía un cuchillo, el otro una tumbera, lo digo sin saberlo, solo por ver lo que tenía en la mano, le decía al más grande: «matalo, matalo, matalo», permanentemente. Además le remarcaba que su papá decía que como eran menores, no iban a ir presos".
Al ser consultado si hizo la denuncia afirmó: "Una vez que pude salir de ahí llamé al 911, no me atendió nadie. Volví a Santo Tomé a buscar el celular y como tenía que regresar por trabajo a San Justo, me volvía a cruzar a los dos mismos pibes en bici en el lugar, paré mas adelante, llamé al 911, pero otra vez nada. Entonces decidí seguir", cerró al mismo tiempo que afirmó que si bien un hecho como este fue el primero, sí le ha tocado recibir piedrazos en el ingreso y egreso de la ciudad.
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