En un juicio llevado a cabo el martes en Centro de Justicia Penal de Rosario los jueces José Luis Suárez, Hebe Marcogliese y Trinidad Chiabrera condenaron a Gerardo Nievas, de 32 años a la pena de cadena perpetua por los delitos de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género en carácter de autor.
Perpetua al hombre que simuló el suicidio de su expareja
El fiscal Gastón Ávila de la Unidad de Homicidios Dolosos le atribuyó el hecho ocurrido en la madrugada del 23 de octubre del 2018, alrededor de las 4, en Juan B. Justo 5800, de Empalme Graneros, cuando asfixió a Noelia García, quien era su expareja, utilizando un cable y a la vez una almohada la cual colocó en la cara para que no pudiera gritar y pedir ayuda. La particularidad de este hecho es que durante casi un año se calificó como muerte dudosa.
En 2019, el fiscal Miguel Moreno imputó del hecho a Nievas, con quien la víctima tenía tres hijos. En audiencia ante el juez Hernán Postma exhibió una serie de testimonios que mostraron una relación violenta, entre ellos uno que asoma fundamental: el relato de una niña de 10 años, hija de Noelia, que dijo haber visto cómo el ahora sospechoso ahorcaba a su madre.
Oriunda de Monte Grande, en el conurbano bonaerense, Noelia se mudó a Rosario cuando conoció a Gerardo en 2009. La pareja tuvo tres hijos de ocho, seis y cinco años y convivió en una casa de Juan B. Justo al 5800 hasta 2014, cuando ella pidió una exclusión de hogar y se volvió a la provincia de Buenos Aires. Allí volvería a formar familia con dos hijas de parejas anteriores y un concubino con el cual tuvo otro niño.
Tiempo después, Gerardo trajo a sus hijos a vivir con él a Rosario y Noelia comenzó a viajar regularmente para visitarlos. En uno de esos viajes, al que vino con su hija de nueve años, Noelia terminó muerta por asfixia. Fue la madrugada del 23 de octubre de 2018, cuando Gerardo llamó a la policía y contó que en un momento se levantó para ir al baño y se topó con el cuerpo de Noelia, que se había ahorcado con un cable atado a un ventilador.
El caso, que ni siquiera fue dado a conocer en su momento como una muerte violenta por la Fiscalía Regional, no había ofrecido novedades hasta que el fiscal Moreno ordenó la detención del ahora condenado.
El fiscal mencionó entre las evidencias contra el acusado una serie de testimonios que se fueron recabando en este tiempo y que a su juicio dan cuenta de un contexto de violencia de género. La madre de la víctima contó, entre otras cosas, que él la amenazaba con que no le dejaría ver a sus hijos. También se refirieron testimonios de empleados de un centro de salud a quienes Noelia habría relatado sus padecimientos.
Pero lo más contundente es el relato de una hija de la víctima que esa noche se despertó por los gritos de su madre, que vio cómo Gerardo le tapaba la boca a Noelia y que cuando ella le dijo que la soltara, el agresor le respondió que la estaba ayudando a respirar. Durante casi un año se investigó la muerte de Noelia García como dudosa.