La plaza comercial del shopping Recoleta ve con nostalgia lo que fue un pasado de júbilo que parece lejano ante el escenario actual de la exestación ferroviaria en Santa Fe. El que fue la perla del comercio santafesino transita por un ocaso en donde el 60% de los locales en el interior del shopping que inauguró Don Ángel Malvicino se encuentran desocupados.
Shopping Recoleta: del esplendor pasado al ocaso presente
Por Matías Albani
Con la llegada de los años 90 el furor de los shoppings se hizo presente en cada ciudad importante del país, pero Santa Fe no contó con ninguno de estos centros comerciales hasta la inauguración del Hotel Plaza Ritz, en abril de 1993. Meses después sucedería la inauguración del Shopping Recoleta, con un estilo totalmente diferente al clásico hotel familiar del centro de la ciudad. Según lo trascendido, la apertura del shopping Estación Recoleta incidió en la decisión de cerrar el gigante de calle San Martín.
Con un formato arquitectónico que conjugó el estilo edilicio de las instalaciones ferroviarias de fines del siglo XIX se inauguraba el segundo shopping de la ciudad por aquel entonces. La ceremonia de inauguración fue conducida por la célebre conductora Stella Maris “Teté” Coustarot junto al difunto periodista Jorge Alberto Álvarez.
La vieja estación ferroviaria daba paso al glamour y la expectativa de un centro comercial de primer nivel del que se hicieron eco personajes de la farándula de la talla de Luis “Pancho” Dotto o Miguel Del Sel, junto con las personas más importantes de la escena política, judicial y comercial del momento en Santa Fe. Ejemplo de esto es la presencia del por aquel entonces gobernador de la provincia Carlos Reutemann o la del ex juez federal santafesino Víctor Brusa (condenado en 2009 por crímenes de lesa humanidad).
Don Ángel Malvicino, quien era por aquel entonces presidente de Inversiones Recoleta S. A., dando el discurso inaugural acompañado de la figura del recientemente fallecido Reutemann marcó el puntapié inicial para el faro comercial de la ciudad del que nadie quería permanecer ajeno. “Un polo de atracción comercial y turístico”, según Malvicino, a lo que el exgobernador Reutemann calificó como “muy importante para Santa Fe, obra de una gran determinación”. Esta determinación del expresidente unionista se refleja en los 10 millones de dólares que invirtió en la obra.
Sin embargo, ese hito comercial que significó la inauguración del shopping Estación Recoleta iría apagando su expectativa con el correr de los años. En la actualidad, el Shopping Recoleta es una sombra del que solía ser a mediados de los 90 y principios de los 2000. La triste referencia que refleja este contraste se hace visible cuando actualmente de 15 locales habilitados para la actividad comercial en el interior del shopping solo permanecen abiertos seis.
En el 2000 el hipermercado contiguo al centro comercial abrió sus puertas en su ubicación actual y tomó el control de la administración del shopping, potestad que mantiene hasta la actualidad. La gran reforma que sufrió la Estación Recoleta en 2013 a causa de la expansión del hipermercado redujo los 3.000 metros cuadrados cubiertos originales, dejando en el recuerdo las sillas del café bar de la segunda planta y la zona de juegos tan visitada por los más chicos. Se dejaron habilitados solo 15 locales en su interior, cuando en sus orígenes el lugar poseía más de 30 y 56 en total contando los del exterior.
Esto se suma a la inauguración del ya cerrado aunque célebre Paseo del Sol en 1997 y del shopping La Ribera en 2009, lugares que fueron relegando al polo comercial de la esquina de Rivadavia y Balcarce como la insignia comercial de la ciudad.
Hay incertidumbre entre los comerciantes que allí abren sus puertas ante las pocas ventas y las consecuencias de la pandemia que les obligó a cerrar temporalmente. Coincidieron que el éxodo de comerciantes del lugar se venía sucediendo previo a la llegada de las restricciones por el coronavirus, con un shopping “totalmente apagado”.
El hecho de no aggiornarse a los tiempos que corren es un pecado en el que incurrió su administración, teniendo en cuenta que en la era de la tecnología y la publicidad 2.0 el centro comercial ni siquiera cuenta con redes sociales para publicitarlo. A corto plazo los comercios plantean un escenario poco alentador para la venta en la exestación ferroviaria, preocupados por el jaque en el que está el que fue una vez la joya comercial del centro santafesino.