Algo se rompió. Tal vez puertas para adentro. Los gritos de Cristian González al entrar al vestuario de Unión, el posterior silencio de Kily más las duras declaraciones (ver aparte) del capitán Claudio Corvalán.
El DT de Unión vive horas decisivas para continuar en el cargo
La eliminación de la Copa Argentina, sumado a la no clasificación en cuartos de final por Copa de la Liga ponen al técnico de Unión al borde del abismo. Se vienen días trascendentes con la gente cada vez más desilusionada

Prensa Unión
Unión se salvó del descenso a fines de 2023, el condimento extra para el hincha fue el descenso de su eterno rival, pero lejos de mejorar, con un mercado de pases que fue considerado como muy bueno por el mismo estratega, renovaban las ilusiones en un campeonato de 28 equipos, divididos en dos zonas de 14.
El tránsito comenzó de la mejor manera, vinieron resultados adversos, se puso en carrera con tres victorias al hilo pero el final de la película fue a puro error. Ya ni siquiera era excusa pensar en al VAR o un mal arbitraje. Unión hizo méritos para quedar eliminado y su entrenador, que está iniciando el camino después de una trayectoria intachable como futbolista, flaqueó por todos lados.
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Al momento de los nombres propios y siempre morir con un esquema y sin plan B ante la adversidad, la última bala para irse a las mini vacaciones era vencer a un equipo de categoría inferiores, que encima jugaba con una formación alternativa.
Pero no solamente que quedó en el camino sobre el final del tiempo regular, sino que la imagen mostrada reabre una herida que nunca se curó, más allá de la relación de Kily con el plantel. Al entrenador se le reconoce venir con un equipo en llamas y salvarlo del descenso. Pero hubo tiempo y una pretemporada larga como para imaginar otra cosa.
Apenas un par de días por delante antes de recibir a Banfield, en el inicio de la Copa de Liga Profesional. Con horas agitadas en el horizonte, una banca del presidente Luis Spahn sobre el orientador, pero ya sin con consenso de varios dirigentes importantes y con un crédito totalmente agotado por los fanáticos, esos que sostienen el club, esos que esperaban otra cosa, esos a los que nuevamente le robaron la ilusión.