El Clásico dejó un sabor amargo para Colón y no es para menos, ya que hizo los méritos suficientes como para quedarse con la victoria. Por lo cual, a la hora de hacer un análisis, se podrán destacar varios aspectos positivos y otros tantos negativos. Por un lado el rendimiento aceptable y por el otro el resultado final.
Colón: el vaso medio lleno y el vaso medio vacío

José Busiemi / UNO Santa Fe
El vaso medio lleno y medio vacio que dejó en Colón el Clásico.
A la hora de mirar el vaso medio lleno, se podrá afirmar que el Sabalero fue protagonista a lo largo de los 90'. Y que fue muy superior a su rival, mostró determinación para jugar el Clásico y aún con un hombre menos adoptó una postura ambiciosa, más allá de estar perdiendo el partido.
Generó muchísimas chances como para convertir, además de marcar dos goles e incluso en un momento logró dar vuelta el resultado. Al final del primer tiempo, el panorama era complicado, ya que estaba perdiendo y jugaba con 10 futbolistas por la expulsión de Facundo Garcés.
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Sin embargo, logró revertir ese momento y estuvo a minutos de ganar el partido. De hecho, en la última jugada, Ramón Ábila desperdició un mano a mano de frente al arco. El equipo a diferencia de otros partidos en el torneo local, tuvo funcionamiento colectivo, respaldando a las individualidades.
Es cierto que en el fútbol de poco o mejor dicho de nada, sirven los merecimientos. Y los partidos se ganan con goles, pero más allá de esta cuestión que es innegable, también se debe analizar el contexto. El mismo indica que Colón mejoró muchísimo en relación a lo que venía mostrando en la competencia local.
Por su parte, el vaso medio vacío, dirá que Colón pese a los convincentes argumentos futbolísticos, no pudo ganar y suma 12 partidos sin victorias. Y que una vez más el equipo sufrió goles. El equipo adoleció de eficacia en las dos áreas, un pecado que pagó muy caro.
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Unión llegó tres veces al arco defendido por Leonardo Burián y le marcaron dos goles. En contrapartida, Colón generó no menos de ocho situaciones muy claras para convertir y tan solo anotó dos goles. El Sabalero fue infinitamente superior a Unión en todos los sectores de la cancha, menos en las áreas.
Está claro que la eficacia es una virtud indispensable en el fútbol. Y Colón no la tuvo, por eso terminó lamentando el empate. Sin dudas que el principal defecto del equipo sabalero fue desperdiciar las muchas chances que tuvo y cometer un par de errores en su área.
En consecuencia, el vaso medio lleno dirá que Colón jugó para ganar el partido, que dominó casi a voluntad a Unión marcando una superioridad muy nítida y sobreponiéndose a un contexto complicado. El vaso medio vacío, indicará que pese a eso debió conformarse con un empate que lo terminó frustrando y prolongando una racha negativa ante su clásico rival.