La postergación del partido entre Colón y Deportivo Morón, que debía disputarse el pasado sábado en el estadio Nuevo Francisco Urbano por la fecha 15 de la Zona B de la Primera Nacional, dejó sensaciones encontradas en el mundo rojinegro. Mientras se espera la confirmación oficial, todo indica que el encuentro se jugaría durante el receso de junio por fecha FIFA, entre los días 5 y 10 de ese mes.
Para Colón, la suspensión ante Morón: ¿una oportunidad o un problema?
Colón no pudo jugar su partido ante Morón, y se abre el debate sobre si es positivo o negativo para sus intereses en lo que viene del certamen.

El equipo que dirige Andrés Yllana atraviesa un proceso de reconstrucción tras un arranque irregular, y viene de un triunfo revitalizante frente a Talleres de Remedios de Escalada. Sin embargo, esta suspensión genera impactos tanto positivos como negativos en el corto plazo.
Lo que pierde Colón
1. Desgaste innecesario y tiempo perdido:
Colón viajó hasta Buenos Aires para jugar el partido y se encontró con la suspensión ya en la antesala del encuentro. Eso significa una carga física y mental sin recompensa deportiva. Además, se perdieron días de entrenamiento y planificación táctica, esenciales en una semana larga.
2. Cortar el envión anímico:
El triunfo ante Talleres había sido un punto de inflexión. El equipo había mostrado una mejora en el funcionamiento y desde lo emocional. No jugar el fin de semana impidió capitalizar ese impulso.
3. Sin mini pretemporada:
El receso tras el final de la primera rueda era ideal para que Yllana pudiera trabajar de manera más profunda con el plantel: ajustes físicos, sesiones tácticas, pulir conceptos. Al insertarse el duelo ante Morón en esa ventana, se pierde esa posibilidad. El DT deberá priorizar la competencia sobre la preparación.
4. Cuatro partidos al hilo como visitante:
Colón enfrentará un tramo muy exigente: jugará cuatro encuentros consecutivos fuera de Santa Fe. Primero ante CADU, luego el pendiente ante Morón, y posteriormente visitará a Temperley y Nueva Chicago. En la Primera Nacional, donde la localía pesa más que en otras categorías, esto representa un verdadero desafío.
Lo que gana Colón
1. Más tiempo de trabajo para Yllana:
El entrenador, que todavía está inculcando su idea, tendrá más días de entrenamientos sin competencia para profundizar su propuesta futbolística. En medio de una temporada apretada, ese tiempo es valioso para ajustar detalles que en la vorágine de los partidos se hacen difíciles de corregir.
2. Posibilidad de recuperar lesionados importantes:
La suspensión también favorece la recuperación de jugadores que estaban en duda. Tanto Genaro Rossi como Gonzalo Bettini evolucionan de sus respectivas molestias y podrían estar disponibles para el próximo compromiso ante Estudiantes de Río Cuarto, el sábado 24 en el Brigadier López.
Una pausa forzada con efectos abiertos
La suspensión del partido ante Morón le pone un signo de interrogación al calendario sabalero. Si bien le quita ritmo competitivo justo cuando parecía encaminarse, también le ofrece a Yllana más tiempo de entrenamiento y la posibilidad de recuperar soldados claves.
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El verdadero efecto de esta postergación se medirá recién con el correr de los partidos: si el equipo responde físicamente en la seguidilla de compromisos fuera de casa y logra sumar puntos, la espera habrá valido la pena.