Vladimir Putin dio un paso adelante en su desafío a Occidente y pasó de hacer alardeo militar en la frontera de Ucrania a amenazar con repetir en el Donbás la estrategia, muy diplomática, con la que ya se anexionó Crimea. Mientras los rusos que se asienten en el este de Ucrania abandonan la zona, el Kremlin avanza en su camino hacia la provocación y el conflicto, casi inevitable, al reconocer a través de las cámaras de televisión la independencia de los territorios prorrusos de Ucrania. El paso siguiente, como ya sucedió en Crimea, sería organizar un referéndum exprés para legitimar, según los patrones rusos, la anexión de otro pedazo de tierra expropiada.
Rusia ya dio otro paso para la invasión de Ucrania

DIMITAR DILKOFF (AFP)
Una columna de tanques separatistas prorrusos transita junto a la ciudad de Krasnyi, en Lugansk, en Ucrania.

Soldados de Ucrania
"No solo Ucrania, sino el mundo entero está observando estrechamente las acciones de Rusia para reconocer los territorios temporalmente ocupados. Todo el mundo comprende las consecuencias de un paso así", responde desde Kiev el ministro de Exteriores de Ucrania.
La Duma o Cámara baja del Parlamento ruso se reunirá este martes para ratificar el decreto de la independencia de las autoproclamadas repúblicas ucranianas de Donetsk y Lugansk. Mientras tanto, la UE se reunirá hoy de forma extraordinaria para explorar sanciones contra Rusia y Estados Unidos ya ha cortado cualquier lazo económico con los separatistas ucranianos. "Si hay anexiones habrá sanciones y si hay reconocimiento de las repúblicas pondré las sanciones sobre la mesa y los ministros decidirán", indicó el alto representante de la UE, Josep Borrell, poco antes de que Putin hizo el anuncio.
"Ucrania es parte de nuestra historia"
"Ucrania no es solo nuestro vecino, es parte de nuestra historia. Tenemos lazos de sangre con ellos". El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dio este lunes una vuelta de tuerca más a la crisis en torno a Ucrania con el reconocimiento de la independencia del Donbás, territorio autoproclamado ruso con las regiones de Donetsk y Lugansk, que son el centro del conflicto que vive Ucrania desde el año 2014. Esta decisión del Kremlin supone, de facto, romper la vía diplomática con la Otán, Estados Unidos y la UE y dar paso a un nuevo capítulo en un choque que ya lleva varios durante los últimos meses.
Eso sí, Moscú aclaró que la declaración incluye solo a la parte del territorio que ya controlaban los rebeldes prorrusos, por lo que Ucrania no pierde espacio. La aclaración en cualquier caso no supone un cambio claro de la hoja de ruta que se le presupone a Putin, pues ha ordenado que se despliegue una "misión de mantenimiento de la paz" en la zona, es decir, ha autorizado ya la presencia de tropas rusas. Para muchas voces este es ya el inicio de una nueva invasión.
Dos elementos predominaron en el discurso de un Putin que ya había recibido el encargo de reconocer el Donbás como independiente de manera oficial: el nacionalismo y la nostalgia. Considera que Ucrania es un territorio que le fue "robado" a la Unión Soviética, y así lo repitió durante su comunicado a la nación. "La Ucrania moderna fue creada completamente por Rusia. Lenin y sus asociados crearon la Ucrania moderna separando territorios de Rusia", expresó. Además, acusó a Kiev de preparar "ataques" contra Rusia y de tener acceso a armas nucleares, al mismo tiempo que reivindicaba el "imperio ruso", que en su momento abarcó países como Finlandia, Polonia, Moldavia y las repúblicas bálticas.
Los líderes de la República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, y la República Popular de Lugansk, Leonid Pasechnik, habían pedido abiertamente a Rusia que dé el paso y reconozca la independencia de ambos territorios, tal como planteó la semana pasada la Cámara baja del Parlamento ruso. Los separatistas creen que es necesario que Moscú les conceda un nuevo estatus para proteger a la población y las infraestructuras civiles de la "agresión" del Ejército ucraniano.
Antes de anunciar su decisión final, Putin recordó que Ucrania "no ha respetado" los Acuerdos de Minsk, firmados en 2015 precisamente para frenar la escalada que se produjo entonces y que, entre otras cosas, acabó con la anexión ilegal por parte de Rusia de la península de Crimea. En todo caso, al firmar la independencia del Donbás es Moscú el que hace saltar por los aires ese pacto.
En ese contexto de máxima tensión, el líder ruso tuvo un mensaje directo para EE. UU. y avisó que Rusia tomará medidas en esos territorios "para garantizar su seguridad ante la negativa de Estados Unidos y la Otán a atender sus preocupaciones". E insistió en el papel de Ucrania dentro de su ideario prosoviético, no en vano, el país es la joya de la corona en ese esquema que tiene el Kremlin. Putin considera que en Ucrania, tras la caída de la URSS, "no se produjo un Estado estable" y esa inestabilidad es lo que la ha convertido, según él, en un país de "marionetas" y con "autoridades corruptas".
Ucrania rompió "lazos con Rusia" para ser "un peón de la Otán"
El régimen de Putin tiene claro el camino a seguir y el siguiente paso fue el envío de tropas a esas zonas, ya que ahora con el reconocimiento encontró la vía para hacerlo. Eso sí, siguió lanzando reproches y ataques contra Kiev, acusando a Ucrania de haber roto "los lazos con Rusia" para convertirse "en un peón de la Otán". Y entonces volvió a justificar su decisión porque, considera, que está en juego "la vida de muchas personas" y que la situación es "crítica".
Así, escurrió cualquier tipo de culpa para echársela a Occidente. "No hay más que mirar el mapa para ver cómo los países occidentales cumplieron con su promesa de no permitir la ampliación de la Otán al este", dijo Putin con ironía, precisamente con la idea de censurar lo que él cree que es una "invasión" por parte de la Alianza de su espacio de influencia. "Nos han engañado. Una detrás de otra ha habido cinco olas de ampliación de la Otán", sentencio en este sentido el mandatario ruso.
"Como consecuencia, la Alianza y su infraestructura militar, se han aproximado directamente a las fronteras rusas", insistió un Putin que acusó de esa forma a Occidente de iniciar una crisis de seguridad europea y de enterrar "la confianza mutua", especialmente entre Washington y Moscú, que son las dos grandes piezas en esta crisis, aunque la clave sea Ucrania. Y entonces recordó otra de las líneas rojas inamovibles del Kremlin. "Si Ucrania entra en la Otán, las amenazas militares para Rusia aumentarían varias veces. Y aumentaría varias veces el peligro de un ataque sorpresa contra nuestro país", sentenció Putin.
La reacción de la UE no se hizo esperar. "El reconocimiento de dos territorios separatistas en Ucrania es una violación flagrante del Derecho Internacional, la integridad territorial de Ucrania y los acuerdos de Minsk", señalaron en sendos mensajes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Alto Representante, Josep Borrell. Además, insistieron en que la UE reaccionará "con sanciones contra los implicados en este acto ilegal". Eso sí, la aplicación de esas medidas restrictivas exige unanimidad entre los 27.