En medio de una semana de altísima volatilidad cambiaria y tras conocerse hoy a la tarde el dato de inflación de septiembre (estaría cerca de 12%), el Banco Central aplicaría una nueva suba de tasas de interés. El objetivo es darles más rentabilidad al plazo fijo de los ahorristas, aunque los economistas creen que no tendrá mucha incidencia en medio de tanta incertidumbre política.
Plazo fijo: el Banco Central subiría la tasa por el dólar y la inflación
La última vez que el Banco Central había subido las tasas fue el lunes 14 de agosto, el día posterior a las Paso, cuando aplicó una brusca devaluación y aumentó 21 puntos porcentuales la tasa de interés nominal, a 118% (equivale a 209% de TEA –la tasa efectiva–, si se deja el dinero en un plazo fijo durante un año).
En la práctica, esto significa una tasa efectiva mensual de 9,7%, que quedó por debajo de la inflación de agosto (12,4%) y de septiembre, si se confirman las proyecciones de dos dígitos en la variación de precios de la economía para el mes pasado.
En septiembre, esta tasa le ganó a la variación del dólar blue, que subió 8,8%, pero en los primeros días de octubre pierde con aquellos que compraron divisas a principio de mes, cuando cotizaba a $800. Con un precio actual de $965, el precio del dólar acumula un alza de $165 (20,6%) en el mercado informal.
“En este contexto, la tasa no mueve el amperímetro. Hay un nivel de incertidumbre tan alto, que la tasa real que habría que poner sería gigantesca, pero podría hasta terminar siendo contraproducente. Más que subir la tasa, lo que se necesita es un horizonte, que haya alguna definición con respecto a qué es lo que pasa después del domingo 22 de octubre”, opinó Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma.
“Esto ha llegado a un nivel de locura alto, con declaraciones y medidas que sistemáticamente destruyeron ese horizonte. Tenemos al oficialismo y a la principal oposición de cara a la carrera presidencial votando medidas que sistemáticamente destruyen el frente fiscal, como Ganancias y la devolución del IVA, que es clave para el año próximo. El nivel de incertidumbre respecto de lo que viene es altísimo. Sin definiciones en ese sentido, es muy difícil que la tasa pueda aportar algo en este contexto. Sería mucho más útil que bajen un poco los decibeles, que bajen el nivel de agresividad, que subir la tasa. El problema es mucho más de incertidumbre y está generado por la propia política”, agregó Caamaño.
Este contexto de incertidumbre se suma a la situación de fragilidad de la economía, donde el candidato y ministro de Economía, Sergio Massa, profundizó todos los desequilibrios. “Amplió en 1,5% del PBI el gasto y el déficit más, financiado con emisión, y del otro lado también colaboran, porque le votaron Ganancias y la devolución de IVA, que va a impactar el año que viene. Están detonando sistemáticamente las expectativas. ¿Qué vas a hacer con la tasa en este contexto?, se preguntó el economista.
En el mismo sentido coincidió Fernando Baer, asociado de la consultora Quantum Finanzas: “Es inconducente la suba de tasas. En el medio de una corrida sobre los depósitos, es difícil revertir el proceso con una suba de tasas y nada más. Será bueno para algunos, pero la dinámica de crecimiento de las Leliqs más la tasa de interés genera más distorsiones”, dijo.
“En el corto plazo, es marginal la suba en el costo en términos monetarios, pero es un costo mayor para el próximo gobierno cuando se decida a resolver el exceso de dinero”, agregó.
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