En la previa Argentina no tenía margen de error. Una derrota ante México significaba la eliminación en el Mundial y era sin dudas el mayor fracaso en la historia del seleccionado. Pero eso no sucedió y el triunfo ante México lo dejó más vivo que nunca y con la chance concreta de acceder a los octavos de final.
Argentina se ilusiona, está más viva que nunca, pero debe mejorar
Era un partido cargado de tensiones y nervios, en el que Argentina tenía todo el peso de la responsabilidad. Y es que a México el empate lo convencía y para el seleccionado nacional un punto casi que no le servía. Y por eso Gerardo Martino planificó un partido con el único objetivo de neutralizar al rival.
Y en el primer tiempo Argentina no tuvo fluidez, no mostró conexiones, se observó un equipo apurado, impreciso y sin ingenio. No apareció Lionel Messi ni tampoco el resto de aquellos obligados a jugar. El 0-0 parcial calificó lo que fue un muy pobre tiempo, entre el seleccionado argentino que no supo cómo jugar y el mexicano que salió a no jugar.
Pero en el segundo tiempo Argentina cambió la actitud, se adelantó unos metros y comenzó a dominar a México. Sabía que debía ganar y para eso arriesgar un poco. Así las cosas, se insinuaba más ante un rival que solo se defendía. Y cuando el partido se apretaba contra el arco mexicano, apareció Messi con un remate desde afuera del área para el 1-0.
A partir de allí, Argentina ganó en confianza, el equipo se fue soltando y dejando los nervios de lado. No sufrió sobresaltos ante un rival muy temeroso y limitado que nunca tuvo un plan B. Salió a empatar y cuando le hicieron el gol no supo revertir la historia. Lo terminó ganando con mucha autoridad el equipo dirigido por Lionel Scaloni luego del golazo de Enzo Fernández.
Cuestiones a tener en cuenta pensando en lo que viene, será tarea del cuerpo técnico trabajar en las alternativas de mitad de cancha hacia adelante. Para que Argentina no sea tan previsible, en esta ocasión encontró la llave con el gol de Messi, pero en el primer tiempo, Argentina no pateó al arco.
A diferencia del encuentro ante Arabia, en esta ocasión no sufrió nunca en defensa. Pero de mitad de cancha hacia adelante le costó muchísimo encontrar espacios y ser profundo. Con la ventaja a su favor, el equipo mostró una mejor versión, fundamentalmente a partir del ingreso de Enzo Fernández, quien seguramente será titular en el próximo partido.
Los cambios iniciales que aplicó Scaloni no le salieron bien, de hecho, cuando tocó el equipo en el complemento se vio lo mejor. De allí que deberá repensar lo que viene, porque si bien el triunfo es vital, hay mucho por mejorar. En lo que va del Mundial, Argentina apenas jugó bien el segundo tiempo con México, aunque no en su totalidad.
Ahora viene Polonia, un rival que a diferencia de México tiene mayor fortaleza física y un goleador como Robert Lewandowski. Será sin dudas otra batalla, pero para eso faltan algunos días. Argentina ganó el partido que debía hacerlo y lo hizo con autoridad a partir del primer gol de Messi.
El sueño continúa intacto, porque el equipo está en carrera y a partir de ahora el aspecto anímico jugará un papel preponderante. Lo bueno es que se levantó rápido luego de la piña que le dio Arabia que pudo ponerlo nocaut. Está de pie y con ganas de seguir peleando, tiene a Messi, buenos jugadores y el ánimo arriba, pero varios puntos a corregir y un largo camino aún por recorrer.