El anuncio de los últimos días de que Marcelo Mindlin se convirtió en nuevo accionista de InterCement —la compañía brasileña que posee la cementera Loma Negra — sacudió al mundo empresarial y, de manera indirecta, también al deportivo nacional.
Mindlin y Loma Negra: ¿vuelve el club-empresa más emblemático del interior?
El anuncio de que Marcelo Mindlin es accionista de InterCement —la compañía que tiene la cementera Loma Negra— generó un sacudón empresarial y deportivo

Para quienes recuerdan aquella época dorada en la que el equipo de Olavarría enfrentaba a River, Boca o Independiente en los Torneos Nacionales, el desembarco del empresario despierta una ilusión inevitable: la de volver a ver a Loma Negra como algo más que un símbolo del pasado.
Sin embargo, los contextos son distintos. En los años de Amalia Lacroze de Fortabat, la relación entre empresa y club era directa y casi familiar. Fortabat impulsó un proyecto deportivo que mezclaba orgullo local, compromiso social y una inversión sin precedentes para el interior del país.
¿Vuelve Loma Negra?
Loma Negra no solo compitió en Primera División: fue un fenómeno cultural que representó a Olavarría en todo el país, llegando incluso a ganarle un amistoso a la Unión Soviética en 1982, en plena Guerra de Malvinas.
Hoy, en cambio, la estructura de la empresa está bajo el control de un grupo de inversión internacional, con foco financiero más que comunitario.
Mindlin, dueño de Pampa Energía y uno de los empresarios más influyentes del país, ingresó a InterCement a través de su firma Latcem, en un proceso de reestructuración de deuda que busca estabilizar a la compañía y reactivar inversiones productivas.
Su desembarco promete capital, planificación y gestión, pero no necesariamente implica un interés directo en el fútbol. Al menos, no todavía. En esta primera etapa, las prioridades parecen ser operativas y financieras, no deportivas.
Sin embargo, la historia ofrece lecciones. En el pasado, muchas empresas que atravesaron procesos de expansión o renovación encontraron en los clubes locales un canal de integración social y reputacional.
Desde Parmalat con Palmeiras hasta Independiente del Valle con sus proyectos educativos en Ecuador, el fútbol se convirtió en una herramienta de marca y legitimidad.
Si Mindlin decide utilizar a Loma Negra en esa dirección —como un puente entre la industria y la comunidad—, el impacto podría ser significativo.
No sería un “club-empresa” clásico, sino una alianza moderna: apoyo a la infraestructura, formación juvenil, presencia institucional. Un modelo más social que competitivo, pero con efectos duraderos.
Por ahora, el regreso de Loma Negra al Torneo Regional Amateur es una noticia en sí misma. Marca el retorno de un emblema del interior a los torneos de AFA, y simboliza la persistencia de un club que resistió décadas de olvido y problemas judiciales.
El ingreso de nuevos inversores en la empresa matriz abre una puerta que hasta hace poco parecía cerrada: la posibilidad de que, de a poco, el club vuelva a recibir algún tipo de acompañamiento o mecenazgo corporativo.
Aún es pronto para hablar de resurgimiento, pero no para ilusionarse. Loma Negra fue mucho más que un equipo: fue la demostración de que, con apoyo y visión, un club de pueblo podía mirar de frente a los grandes del país.
Si esta nueva etapa empresarial encuentra en el fútbol una forma de reconectarse con la comunidad, quizás el cemento vuelva a mezclarse con sueños.