El viernes a la madrugada fue hallada por dos suboficiales de la Policía de Seguridad Vial en inmediaciones de la planta de residuos ubicada a la vera de la Avenida de Circunvalación, una mujer policía de 24 años, quien denunció a su expareja -también integrante de la fuerza policial- como autor de lesiones recibidas en todo el cuerpo durante esa madrugada.
El martirio de una mujer policía por la agresión de su expareja

Por Juan Almará

El viernes por la mañana cuando el hombre fue a tomar servicio en la Casa de Gobierno de Santa Fe, fue detenido por agentes que lo estaban esperando junto a la madre de la víctima, allí le informaron la razón de su aprehensión y los cargos penales de los que quedaba formalmente imputado.
Cadetes policiales
La mujer policía de 24 años y un suboficial de 27, se conocieron hace tres años, cuando integraban la promoción policial del Instituto de Seguridad Pública, adonde actualmente son formados los policías para el ingreso a la fuerza de seguridad.
Desde comienzos de enero de 2015 hasta julio de 2016 estuvieron juntos, pero esa relación se había terminado.
Revelador testimonio del abogado
Este martes, Diario UNO de Santa Fe dialogó con el abogado penalista Jorge Qüesta, querellante particular de la mujer, que narró las vicisitudes que atravesó durante el jueves a la noche y el viernes a la madrugada.
Qüesta dijo que su representada, el jueves casi a la medianoche, fue llamada por el intercomunicador al departamento que habita en el macrocentro santafesino. Cuando atendió, escuchó la voz de su expareja que le pedía la devolución de efectos personales que le pertenecerían.
La mujer policía bajó al palier con todos los elementos solicitados, pero el muchacho arremetió fuerte contra ella con un empujón y la amenazó con un escándalo si no subían juntos hasta el departamento para conversar sobre cuestiones comunes. La mujer, amenazada, accedió e inmediatamente cuando ingresaron, el hombre le exigió que le entregara el teléfono celular. Intentó destrabarlo pero no pudo al desconocer la clave del bloqueo.
Entonces, la amenazó con la pistola reglamentaria provista por la institución policial, y le dijo: "Tendría que matarte por trola". Luego siguió con una fuerte paliza en todo el cuerpo. La mujer resistió como pudo y se defendió, pero los hematomas en su cuerpo son reveladores de la violencia ejercida.
El policía, enloquecido y enceguecido, se llevó el teléfono celular de la mujer y abandonó el departamento. Ella salió del edificio y lo persiguió. Lo alcanzó cuando él subió a su auto, logrando ella también subirse en el asiento trasero. Entonces, comenzó la segunda parte de esta odisea, porque la mujer tuvo que resistir psicológicamente las agresiones que le profería su expareja en forma verbal, y además esquivar las trompadas que le tiraba hacia atrás.
Finalmente, el suboficial policial la emprendió por J. J. Paso hacia el oeste hasta llegar a la Avenida de Circunvalación. La mujer estimó que aceleró hasta 150 kilómetros por hora hasta llegar al relleno sanitario, lugar donde la abandonó.
Jorge Qüesta, consultado por la imputación al policía agresor, dijo que le corresponden lesiones, amenazas triplemente calificadas por violencia de género, por ser con un arma de fuego de guerra y por la condición de policía, abandono de persona y violación de domicilio.