El 2 de mayo de 1982 en la Guerra de Malvinas el ARA General Belgrano fue hundido luego de ser atacado por las fuerzas inglesas. A 41 años del hecho, sobrevivientes del ataque se concentraron frente al Faro de la ciudad de Santa Fe, en el monumento que les rinde homenaje a los caídos. Jacinto Perezlindo y Miguel Ybáñez, dos de los que lograron salvarse del bombardeo, en diálogo con UNO 106.3 revelaron cómo los marcó esa experiencia.
A 41 años del hundimiento del ARA General Belgrano

Se cumplen 41 años del hundimiento del ARA General Belgrano en la Guerra de Malvinas
"Nos convocamos acá para rendirle honor a nuestros camaradas caídos. El hundimiento del crucero fue un punto clave que ellos tomaron como represalia por haberlos «desalojado». Ellos dicen que es su territorio y nosotros decimos que no, la historia y la geografía dice que es parte de nuestro territorio. Creo que fue una represalia por ese 2 de abril cuando se recuperó Malvinas", contó Perezlindo.
Jacinto señaló que fue un hecho que siempre permanece en su memoria: "Te levantás pensando y te acostás pensando. Es imposible de olvidar lo que nos tocó vivir, en tiempos de paz uno lo vivía como una aventura, el pertenecer a la marina de guerra, tener la suerte de ir a un buque, navegar, aprender un montón de cosas; éramos jóvenes que estábamos cumpliendo el servicio militar. Después de ese 2 de mayo realmente la vida cambió, es un recuerdo permanente".
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Por su lado, Miguel expresó: "Hay un recuerdo personal pero también hay un recuerdo nacional, de los soldados que los vi vivos y después desaparecieron en el mar. Con los años uno va entendiendo ese honor y gloria que hay con esos muertos, con los soldados que nos representaron". Y destacó la forma en la que lucharon los argentinos en esa guerra: "No teníamos conocimientos de combate, de enfrentamientos, como los ingleses o los norteamericanos y sin embargo se hicieron muchas cosas bien dentro de las posibilidades tecnológicas".
"Es más fuerte recordarlos a ellos y poder trasladarlo a la sociedad, que sepa lo que pasó y no los olvide. Creo que de ahora en adelante estos 41 años son fundamentales para proyectar ese valor que tuvieron los combatientes", manifestó Ybáñez.
Sobre ese 2 de mayo, Miguel Ybáñez recordó que trabajaba en la división de máquinas, pero estaba en un área lejos de las calderas cuando explotaron los torpedos: "Pude tomar una escalera y salir. Como salimos de las 200 millas marítimas tomamos una navegación común, abandonamos el estado de combate y al estar libres quedaron todas las puertas abiertas, ya no era una zona de guerra. Entonces fue muy difícil al momento del ataque volver a cerrarlas. El poder de esa tecnología fue tan grande que con dos torpedos nos hundieron y no se pudo rescatar el buque".