En el marco de un porcentaje de ocupación de camas críticas que llegó el lunes en la provincia de Santa Fe al 93 por ciento en el ámbito público y casi al límite en el privado, integrantes del comité de expertos que asesora a la provincia advirtieron que si en los próximos cinco días la situación sanitaria no varía, se deberá implementar una semana de cierre más duro para aplanar la curva de contagios. Sugieren restringir aún más la circulación a un horario entre las 19 y las 22, e incluso cerrar todas las actividades como comercios y gastronomía los fines de semana.
Camas críticas en la provincia: si la situación no mejora, recomiendan cerrar
La infectóloga del Grupo Oroño y asesora del comité provincial, Carolina Subirá, dijo que si no se logra disminuir la ocupación de camas críticas y la curva de contagios, o al menos estabilizarla, ve necesario modificar el paquete de medidas actual hasta el 30 de abril y volver a evaluar midiendo los cambios de los indicadores. “En dos semanas uno ve tendencias”, avisó, ya que el 24 se estarían cumpliendo 15 días desde que entraron en vigencia las últimas restricciones en la provincia.
Dentro de las recomendaciones, incluyó reducir la circulación en las calles con un cierre desde las 19 y hasta las 6, y adherir a las restricciones emitidas en provincia de Buenos Aires. Esto es, cortar las actividades comerciales a las 19; que la gastronomía cierre al público a esa hora y luego continúe por delivery; suspender las actividades recreativas, sociales, culturales, deportivas y religiosas en lugares cerrados; y que las clases vuelvan a la virtualidad “en conjunto con el resto de las medidas, y no como un hecho aislado”, aclaró.
En cuanto al número de plazas en terapia intensiva, dijo que bajarlo a un 85% o menos “daría un margen de maniobrabilidad”, pero aceptó que “en este momento tan álgido de casos, llegar a ese lugar puede tomarnos tiempo”, y sostenerlo “puede ser aún más complejo”. Sin embargo, advirtió que “es difícil definir un número, casi arbitrario, porque no hay número mágico” si se tiene en cuenta lo dinámico del comportamiento de las camas y de los casos, motivo por el cual no se monitorea un solo parámetro, sino varios.
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“De acuerdo a los datos que se están manejando, fundamentalmente de internación, se encienden las luces y ese semáforo ya está en naranja. No solo hay Covid, sino que sigue habiendo accidentes, violencia e infartos”, analizó Miguel Ángel Cappiello, exministro de Salud de la provincia y miembro del comité de expertos que está en contacto permanente con la ministra Sonia Martorano. “Estamos en momentos muy críticos, y los investigadores del Conicet dicen que el pico va a llegar recién el 20 de mayo”, alertó.
El sanitarista recomendó, si el panorama no varía esta semana, bajar la circulación a las 22 todos los días, pero cerrar “todo” durante sábados y domingos, “porque es cuando más se mueve la gente”, incluyendo gastronomía, shoppings y comercios. “Lo haría con todo el dolor del alma, sabiendo que las situaciones complicadas requieren soluciones odiosas”, dijo. Y agregó que dentro de lo posible, mantendría un poco más las escuelas abiertas, con ciertas consideraciones y restricciones.
“No iría a un esquema tan estricto como Buenos Aires, porque la gente no cumpliría con una vuelta a Fase 1. Ante la posibilidad de desobediencia civil, sería lo más contemplativo posible, pero con los mayores controles que se puedan hacer para perseguir aglomeraciones y fiestas clandestinas que diseminan el virus”, señaló. El médico dijo que esas medidas serán necesarias si las cifras no bajan, porque “hay lugares en la provincia que ya están al 100 por ciento de ocupación de camas críticas y tienen que derivar pacientes. Si la ciudad de Santa Fe está muy sobredemandada, y Rosario tiene estos números, no va a quedar otra alternativa que cerrar”, advirtió.
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Entre las medidas para satisfacer la demanda, mencionó que en el sistema privado se van a tener que suspender las cirugías programadas al igual que en el público. “Habrá que hacer un decreto, porque hasta ahora solo hay una recomendación que no los obliga. Eso liberará camas”, apuntó. También dijo que “aumentaría los testeos para salir a buscar casos por todos lados, ya que si los agarramos a tiempo probablemente no necesiten internación”.
Por último, señaló que más allá de la posibilidad de ampliar las camas, el principal problema es el recurso humano, es decir agentes sanitarios especializados en terapia intensiva. “El personal de salud está agotado. Equipamiento y camas se pueden comprar, pero a un profesional que sepa manejar y atender un cuadro grave no lo fabricás de un momento a otro”, manifestó el médico.