Para el prestigioso doctor Valentín Fuster –director del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai de Nueva York y expresidente de la Asociación Americana del Corazón–, “la clave para prolongar la salud está en el cerebro, no en el corazón”. Así lo afirmó en el marco del 41º Congreso Argentino de Cardiología que se realizó desde el 15 al 17 de octubre en La Rural, en el Predio Ferial de Buenos Aires.Durante la exposición Fuster (español de nacimiento y radicado en EE.UU.), aseguró además: “Se tiene que cambiar el estilo de vida de nuestra sociedad, que a menudo se cree invulnerable a padecer enfermedades. Si uno decide cuidarse, esa decisión viene de la cabeza, no del corazón”.
“Cuidando el cerebro cuidamos el corazón”
Valentín Fuster, uno de los más importantes cardiólogos del mundo, explicó el vínculo vital entre estos dos órganos. Las discusiones del 41º Congreso Argentino de Cardiología.
1 de noviembre 2015 · 22:13hs
Y, yendo más allá del sentido figurado de sus afirmaciones iniciales dijo que, “concretamente, los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular, infarto de miocardio o infarto cerebral, son los mismos que participan en el desarrollo de un sinnúmero de enfermedades, como la degeneración senil e incluso ciertos tipos de cáncer, y debemos insistir para que la gente haga todo lo posible para mantenerlos bajo control”.
Entre los principales factores de riesgo, Fuster destacó dos mecánicos, que son la obesidad y la presión arterial alta; dos químicos, que son la diabetes y el colesterol elevado; y luego dos hábitos: fumar y no hacer ejercicio al menos cinco días a la semana.“Pero para que funcione, ¿quién lo va a decidir? La propia persona, sin ninguna duda. En la sociedad actual, nos engañamos a nosotros mismos. Pensamos que estamos bien y queremos que todos nos digan que estamos bien. Sin embargo, es equivocado creerse invulnerable, ya que por ejemplo gracias a los avances en la tecnología de la imagen, se ha podido demostrar que más de un 40 por ciento de las personas teóricamente sanas ya tenían alguna enfermedad preexistente”, aseveró el experto. El colesterol como la patente Por su parte, para el doctor Guillermo Fábregues, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología, “es fundamental que la gente conozca sus números: sus valores de presión, de colesterol, su glucosa en ayunas, su índice de masa muscular y su perímetro de cintura; y tomando los parámetros recomendados, consulte con su médico sobre las mejores estrategias posibles para mantenerlos bajo control”. “Así como uno conoce su número de celular, su documento, la patente de su automóvil, entre otros, también debe conocer y tratar los números de sus factores de riesgo cardiovascular”, ejemplificó en diálogo con Diario UNO Fábregues, quien también es presidente del Comité Organizador del 41º Congreso Argentino de Cardiología.Los valores recomendados para los distintos factores de riesgo, en líneas generales, son los siguientes: colesterol total, menor a 200 mg/dl, presión arterial, igual o inferior a 80/120; diabetes: glucosa en ayunas menor a 100 mg/dl; obesidad, un perímetro de cintura de máximo de 102 centímetros en el hombre y 88 centímetros en la mujer. Lo emocional y lo cardiovascular Por su parte, Mirta Diez, jefa de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, consideró inicialmente que “se trató del Congreso más importante del mundo hispanoparlante, al que asistieron casi 10 mil participantes”; y profundizó sobre el vínculo entre las emociones y la salud cardiovascular. —Valentín Fuster consideró que “una forma de cuidar el corazón es cuidando el cerebro”. ¿Qué opinión le merece?—Él habló, por una lado, de la fuerte asociación que existe entre el desarrollo de la enfermedad cardiovascular y de la enfermedad cerebral; porque los factores de riesgo son comunes a la enfermedad cardiovascular y al desarrollo de enfermedad vascular en las arterias del cerebro –donde se provocan pequeños infartos y, consecuentemente, deterioro de las funciones cognitivas. Por otro lado, a grandes rasgos, dijo que las personas que viven en una situación de bienestar y regidas por proyectos, tienen mayor sobrevida. Es decir, la actitud vital se asocia a mayor sobrevida. Este es un dato muy interesante. —¿Hay estudios o líneas de investigación que vinculen cuadros de depresión, ansiedad o condiciones de vida desfavorables con afecciones cardiovasculares?—Sí. Hay estudios que muestran que los pacientes que tienen depresión tienen una menor sobrevida y más enfermedad cardiovascular. Probablemente en parte porque no puedan adherir a medidas de control de sus factores de riesgo. Es probable que estas personas no tomen bien la medicación, no se realicen los chequeos como corresponde ni controlen sus factores de riesgo. De este modo se mezclan los factores de riesgo clínicos con los psiconeurológicos. La presión normal —¿Qué novedades se conocieron en este congreso que sean destacables? —Un autor presentó su estudio en donde prueba que una nueva droga reduce la mortalidad por insuficiencia cardíaca en un 16 por ciento, en comparación con los tratamientos estándares. Esto fue importante. Otro punto interesante fue la rediscusión y la puesta al día de las soluciones por vía percutánea de la estenosis (estrechamiento) aórtica, y del abordaje de la insuficiencia de la válvula mitral por vía de catéteres, cuando las cirugías convencionales o a cielo abierto son inviables o riesgosas. “Aunque –enfatizó la también coordinadora general del Comité Científico Congreso–, algo sobre lo que se discutió con mucho interés fue cuál es al valor de presión arterial que se considera adecuado. Esto no es un tema menor, porque teniendo en cuenta recomendaciones internacionales y algún estudio reciente, permite determinar cuáles son las personas que están mal abordadas en relación a la hipertensión”.—¿Y qué valor es el aconsejable? —La recomendación actual es que esté por debajo de los 90/150. Aunque el consenso que se está imponiendo propone reducir el valor óptimo a menor o igual a 80/120. Esto ya se sugirió en el último Congreso Europeo de Cardiología, y en algunos estudios, y abre muchos desafíos. Por Mariano Ruiz Clausen - [email protected] / De la Redacción de Diario UNO Santa Fe