Este 24 de marzo se conmemora un nuevo Día de la Memoria, Verdad y Justicia, fecha en la que se valora el poder de la democracia y se recuerda con el fin de que no se repita lo ocurrido. Bernardo Carrizo, profesor de historia de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL, en diálogo con Ahí Vamos en UNO 106.3 contó cuáles son las dificultades que se presentan, sobre todo entre los jóvenes, a medida que esos acontecimientos quedan más lejanos en el tiempo.
Día de la Memoria por la Verdad y Justicia y la "batalla por el sentido de lo que ocurrió"

Día de la Memoria por la Verdad y Justicia y la "batalla por el sentido de lo que ocurrió"
El profesional comenzó indicando que el feriado es establecido por el Estado para que haya una instancia de reflexión individual. "El 24 de marzo fue instituido por quienes hicieron el golpe de Estado en ese momento, o sea no es una fecha creada por el Estado en sí. Que el Estado años después a esa misma fecha le quiera cambiar el sentido produce una batalla por el sentido de lo que ocurrió ese día. Ese es un gran problema porque creemos que es sencillo y en realidad es muy complejo, y cuanto más nos alejamos de los acontecimientos, las generaciones más jóvenes en sus representaciones mentales, en sus ideas, en sus formas de mirar el mundo tienen otros temas, inquietudes, motivos y preocupaciones; que no necesariamente son las que tienen personas de 40, 60 años que vivieron otras historias y que frente a este hecho poseen una posición diferente", expresó.
Por otro lado, cuestionó: "En los últimos 10 o 15 años hubo una superposición de feriados por diferentes motivos y cuando estos aumentan numéricamente van perdiendo el sentido. Porque el feriado tiene un sentido cuando es excepcional, hay países que tiene como máximo tres o cinco al año. Esto atado no solamente con la política y la memoria sino también con la economía porque sabemos que en Argentina los feriados móviles buscan apostar a una actividad turística que ya de por sí entra en colisión con el sentido original del feriado. Le estás pidiendo a la sociedad que conmemore y reflexione al mismo tiempo que se va de viaje".
"Ya hay muchas generaciones que nacieron en democracia y la idea que tienen de democracia es esta que están viviendo. Pero precisamente eso les genera una lejanía con aquel acontecimiento. Cuando te alejas de algo ya no tenés empatía ni preocupación política por eso", reflexionó.
Sobre cómo se fue gestando el golpe militar más violento de la historia argentina, señaló: "Esto empezó a fines de la década de los 50, ahí empezó la construcción ideológica del enemigo, que la propia dinámica de la sociedad le fue dando formato. La imagen del terrorista, del subversivo, del guerrillero, son imágenes que son anteriores a 1976. En ese año se materializa en acciones y se corporiza, se ejecuta sobre cuerpos de personas con nombre y apellido".