Este martes el río Paraná en el puerto Santa Fe marcó 1,14 metros, la menor altura de junio y la tendencia es a la baja. Hace un mes, el 23 de mayo, el río Paraná en el puerto Santa Fe marcó la altura más baja desde 1970. Fueron 0,48 metros que ofrecieron un panorama distinto del paisaje local. Grandes playas desnudas, con colores de arenas y arcillas de diferentes tonos marrones decoraron los angostos canales que pasaban entre los pilares del Puente Colgante de la laguna Setúbal. Las compuertas en Brasil se abrieron un poco a partir de esa fecha, y con la ayuda de algunas lluvias en la región el agua comenzó a crecer.
El río Paraná, en baja, roza el metro de altura
El 9 de junio se alcanzó el pico más alto en tres meses con 1,68. Ahora comenzó a bajar nuevamente tal como se había previsto desde el Instituto Nacional del Agua (INA). Este sábado la medida alcanzó 1,29 metros y se prevé que a fines de este mes la altura se mantenga entre el metro diez y el metro veinte.
Desde el INA pronostican en un informe presentado este viernes por la noche que "la futura evolución de los niveles en el río Paraná dependerá fuertemente de la distribución espacial y montos de las lluvias". A su vez señalan que "la tendencia climática no permite esperar una recuperación significativa en los próximos tres meses".
Un peligro
El agua que hoy se ve en la laguna Setúbal corre por canales muy profundos que se ven con un ancho de cerca de doscientos metros y pueden tener al menos unos 14 metros de profundidad según científicos del Instituto Nacional del Agua. Los datos históricos a menudo vienen acompañados de fotos y anécdotas familiares que señalan la aventura de haber cruzado caminando la laguna Setúbal tanto en el 69, 70 o 71 como en 1944. Sin embargo, aunque el río llegue a los niveles mínimos, repetir las hazañas de los antepasados no será posible, e intentarlo, según especialistas, puede ser muy peligroso. UNO Santa Fe consultó a Luis Dopazo, responsable de hidrometeorología del INA región litoral sobre el fenómeno y las bajas históricas que se registran del río Paraná en el Puerto Santa Fe.
"Es muy peligroso andar por el lecho de la laguna Setúbal. Va a pasar que vamos a tener un muerto por enterrarse en la laguna. Van a decir que soy fatalista, pero es que son limos y arcillas, entonces lo que pasa es que cuando vos te enterrás sale todo el aire y se hace un vacío. El barro te chupa. Es lo que pasó con la camioneta –hace dos meses–, una vez que se apoyó en el barro se pegó. Literalmente se pega. Y con una persona puede pasar lo mismo. Si vas caminando y te enterrás hasta la rodilla, todo el barro se adhiere al pie, a la pierna, no hay aire y si querés salir no te podés despegar", advierte Dopazo.
Y agregó: "Por ahí da curiosidad ver el río tan bajo. La gente se debe quedar en la casa y conservar la calma porque si es por la postal, vamos a seguir teniendo la misma en julio. Efectivamente en la década del 40 fue tan bajo que se podía cruzar caminando la laguna. Pero no es la misma que es ahora. En la crecida del 66 apareció en escena el arroyo Leyes, que lo que hizo fue cortar la laguna de Guadalupe que empezaba en los pilares del puente roto y terminaba en Laguna Paiva. En los 60 irrumpió el arroyo Leyes en una crecida importante, dividió la laguna en dos y quedó la de San Pedro al norte y la Guadalupe al sur. Y cambió la morfología y la calidad del agua".
"Antes la laguna era salada, por eso no crecían yuyos y era todo arenal. Con el arroyo Leyes se metió agua dulce, buena, desde el Colastiné y eso provocó el crecimiento de todo lo que es la costa de la laguna y aportó barro, que antes no tenía. Ahora hay mucho barro, si uno camina por los bordes se va a enterrar hasta la rodilla. Eso en el 40 no pasó porque era todo arena. Con la entrada de barro y arcilla hubo un cambio en el fondo de la laguna que generó canales que antes no había". agregó.
Estos cambios, según señala, hicieron además que la laguna Setúbal se hiciera mucho más profunda: "Para hacer la ciudad universitaria se dragó y se sacó la arena del banco que se ve en las postales del 69 abajo del Puente Colgante cuando estuvo seco. Abajo de los puentes en este momento debe haber entre unos 12 y 14 metros de profundidad. Cerca de los pilares del viejo puente ferroviario debe rondar el metro y medio o dos. Sería muy peligroso intentar cruzar. Es más, si sigue bajando se va a ver más el canal".
"El barro es muy peligroso, no es lo mismo que caminar sobre arena. El barro te chupa. Si sigue bajando, con la profundidad de los canales se puede ahogar una persona", señala.