El Conicet patentó el nanofertilizante creado por Gustavo Mendow, ingeniero químico y Gonzalo Berhongaray, ingeniero agrónomo. Este producto tiene un rendimiento mayor a los fertilizantes que circulan en el mercado, además de que es amigable con el ambiente y la salud humana. Mendow contó que tras los óptimos resultados buscan lanzarlo al comercio, no solo nacional sino también internacional.
Ingenieros del Conicet crearon un nanofertilizante novedoso
Por Mario Córdoba

Ingenieros del Conicet crearon un nanofertilizante con mayor rendimiento y amigable con el ambiente y la salud
"Es un proyecto de fertilización que arrancamos hace unos cuatro años. Trabajamos en con conjunto con Gonzalo Berhongaray, él en la parte agronómica y yo en la formulación de los químicos. Una empresa de Entre Ríos nos pidió desarrollar un nanofertilizante, es decir un fertilizante a base de nanotecnología, que para ellos era lo que se venía en el agro. Después de varias propuestas que investigamos, nos dijeron «vamos por un nutriente, el nitrógeno, que es el que más se utiliza para los cultivos de trigo y maíz»", contó el ingeniero químico.
Sobre su trabajo detalló: "En el primer año hicimos las pruebas de campo y anduvieron bastante bien. El segundo año lo pudimos mejorar bastante, pero resultó que el producto era muy diluido, tenía mucha agua, por lo que casi se termina el proyecto, le dimos una vuelta de tuerca y logramos desarrollar el proceso para obtener el nanofertilizante más concentrado. Tiene un rendimiento en el orden de 17%, lo cual para la agronomía es un montón", detalló.
Tras conseguir óptimos resultados patentaron el producto y proceso por lo novedoso que era y desde entonces se busca un socio grande para comercializarlo. "Se está buscando una empresa que financie la campaña internacional de patente, que tiene un costo bastante alto", indicó.
Mendow, por otro lado, explicó por qué los fertilizantes que circulan en el mercado no son amigables con el ambiente: "La nanotecnología tiene una gran ventaja y es que las moléculas, los elementos, se comportan de una manera diferente a las partículas en forma macro. Es decir que si tiro una bolita de urea que es la fuente de nitrógeno, unos 3 o 4 milímetros en el campo, y tiene un comportamiento totalmente diferente que si tiro la urea encapsulada en una nanopartícula y queda en ese tamaño nanométrico. La planta la absorbe mucho más fácil, la eficiencia en el uso del nitrógeno son muchos mayores, ya que cuando la bolita de urea cae al piso, esta se empieza a degradar, se volatiliza, llueve, se filtra y se va a las napas de agua. La nanotecnología permite utilizar menos fertilizante, pero que la planta use casi todo el nitrógeno que ponés".
"Evidentemente esto también tiene un impacto en los costos porque gastás menos fertilizante y encima tenés mayores rendimientos en el cultivo, es como que ganás de todos lados", destacó.
Además, el ingeniero contó que los fertilizantes de uso cotidiano tienen un impacto perjudicial en la salud humana: "Cuando tirás la urea al cultivo, una parte es absorbida por este y crece muy bien, pero una parte de urea va filtrando con la lluvia y termina llegando a las napas de agua. Estas se contaminan con urea, que es la fuente de nitrógeno y después se termina haciendo la famosa contaminación por nitrato que tenés en un montón de cursos de agua de nuestro país".
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