El gobierno de Santa Fe dispuso la prohibición de exportar pescado de río hasta octubre de 2026, ante la preocupación por la disminución de ejemplares adultos en el Paraná. La medida busca proteger especialmente al sábalo, la especie más demandada para la exportación y cuya población muestra signos de sobreexplotación.
Prohibición de exportar pescado en Santa Fe: "Si la provincia restringe y Entre Ríos no hace lo mismo, igual va a salir del río"
El especialista Fabio Baena advirtió que la medida tendrá un alcance limitado si no se implementan restricciones conjuntas con las demás provincias ribereñas del Paraná
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
En diálogo con Dame Radio (UNO 106.3), Fabio Baena, autor de la Guía Ilustrada de Pesca del Paraná y miembro del Consejo Provincial Pesquero, sostuvo que la disposición es “una medida necesaria”, ya que “hay muchos datos que indican que la situación pesquera está en un punto crítico”.
“Se están viendo muchos ejemplares jóvenes y no hay una recuperación del stock de peces reproductivos, lo que impide la continuidad del ciclo natural de la pesquería”, explicó Baena.
Según detalló, el sábalo —que representa el mayor volumen de exportación entre las especies del Paraná— debería alcanzar los 42 centímetros de longitud para cumplir con las normas de captura. Sin embargo, “no se está llegando a esa medida, y no se están cumpliendo las normativas”, aseguró el especialista.
Factores ambientales y sociales
Baena también vinculó el deterioro del recurso a condiciones ambientales y sociales. “En los últimos años la bajante prolongada del río condicionó la renovación del stock de peces”, señaló.
A su vez, advirtió que la situación de los pescadores comerciales es cada vez más precaria.
“No hay que pensar la pesquería solo desde lo biológico. El pescador también está sobreexplotado: vive en condiciones sociales muy frágiles y sin protección laboral. Es un eslabón más de una cadena donde los frigoríficos marcan las reglas”, remarcó.
Una medida que necesita consenso regional
El especialista recordó que esta es la primera vez que se aplica una restricción de este tipo en Santa Fe, y consideró que debería ser acompañada por otras provincias ribereñas.
“Si Santa Fe restringe y Entre Ríos o Buenos Aires no hacen lo mismo, el pescado igual va a salir del río. El impacto será limitado si no se toma una decisión conjunta”, sostuvo.
En ese sentido, señaló que en otras oportunidades los pescadores habían planteado dejar el pescado dentro de la provincia para consumo interno. “Podría destinarse a comedores escolares, hospitales o cárceles, como parte de programas alimentarios del Estado. Eso generaría valor local y aliviaría la presión exportadora”, explicó.
Especies protegidas y vedas vigentes
La restricción a la exportación de pescado complementa otras normativas de protección: la veda del surubí —vigente del 1º de noviembre al 31 de diciembre—, la pesca con devolución obligatoria del dorado, declarado pez turístico provincial, y las limitaciones anuales para el manguruyú y el pacú.
Para Baena, el desafío es lograr un equilibrio entre conservación y sustento social: “Hay que cuidar el recurso, pero también sostener a quienes viven del río. Si no se articulan políticas integrales, la pesca seguirá siendo un reflejo de nuestra crisis ambiental y social”, concluyó.














