Juan Manuel Azconzábal cambió y para bien. Si algo se le reprochaba al técnico de Unión era que planteaba los partidos de la misma manera sin tener en cuenta el rival que estaba enfrente. Y eso en algunos partidos lo terminaba perjudicando, porque el cambiar palo por palo ante adversarios de mayor jerarquía no suele ser lo más adecuado.
Azconzábal se dio un baño de pragmatismo y realidad
Y frente a Boca, el Vasco tomó recaudos como antes no lo había hecho. Venía de ser goleado por Vélez y entendió que si se desprotegía podía sumar una nueva decepción. Por ello, priorizo el orden defensivo, le dio la pelota a Boca para que la manejen los centrales y presionó a los volantes y delanteros xeneizes.
Paró una línea de cinco, comprimió espacios y cuando pudo contragolpeó. En el primer tiempo se dedicó a defender y no logró prevalecer en ataque, pero en la segunda etapa se animó y golpeó rápidamente para administrar el resultado. El Vasco le ganó el duelo táctico a Miguel Ángel Russo y desde ese planteo comenzó a ganar el partido.
LEER MÁS: El uno por uno de Unión en el triunfo ante Boca
El Tate fue efectivo, supo esperar su momento y jugar con la desesperación de Boca. No otorgó ventajas en defensa, se mantuvo concentrado a lo largo de todo el partido, pero para ello fue fundamental no darle espacios al rival y jugar un partido inteligente.
Esta vez, no fue el Unión de la tenencia que tanto pregona el DT. Los números en eso son elocuentes, Boca tuvo el 68% la posesión del balón y Unión apenas el 32%. Nunca en este campeonato, el Tate tuvo tan poco tiempo la pelota, sin embargo fue punzante cuando debió serlo y por eso la obtención de un triunfo clave.
Sabiendo que si con Boca mantenía la postura evidenciada ante Vélez podía pasarla mal, el entrenador rojiblanco no comió vidrio. Entendió que el pragmatismo es una virtud y por un rato dejó de lado su propuesta futbolística. Sabiendo que al fútbol se puede ganar atacando, pero también defendiendo. Y esto último fue lo mejor que hizo ante el Xeneize.