Para Unión el partido ante Tigre es la final del mundo, es sin dudas el encuentro más importante de la última década para el pueblo rojiblanco. Si no gana, perderá la categoría, con todo lo que eso implica y de allí la obligación de sumar los tres puntos y esperar otros resultados.
La improvisación en Unión de cara a un partido histórico

Télam
La improvisación en Unión indica que para jugar la final ante Tigre no cuenta con un volante central.
Lo cierto y concreto es que para jugar ante el Matador, el técnico Cristian González deberá apelar a la improvisación, porque aunque cueste creerlo, no tiene a disposición un número 5. Y es que Joaquín Mosqueira fue expulsado ante Belgrano y Patricio Tanda no se recuperó de un desgarro.
Así las cosas, el Kily tendrá que inclinarse entre Franco Pardo, que es marcador central o Juan Ignacio Bircher, futbolista de la Reserva que aún no debutó en Primera. La otra alternativa sería ubicar en ese sector a Oscar Piris que es zaguero pero que alguna vez jugó en esa posición. Y también está Tiago Banega, de distintas características.
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Como se puede observar una total improvisación y que tiene su correlato en el pésimo mercado de pases. Ante la salida de Yeison Gordillo había que sumar un volante central de esas características y solo llegó Tanda que venía de jugar en la Reserva de Racing.
Y esa desidia e improvisación le pasan factura en el final de la competencia y cuando Unión debe afrontar el partido más importante de los últimos 10 años. Ahora el cuerpo técnico tendrá que sacar a relucir su ingenio para conformar el mediocampo con lo que tiene a mano.
Es realmente difícil de explicar semejante situación, Unión llega al final con jugadores lesionados y suspendidos, producto del escaso recambio con el que cuenta. Un equipo absolutamente remendado que se juega todo en la última fecha y que en función de lo descripto, depende de un milagro para seguir en Primera.