El 18 de marzo en el partido que Colón jugó ante Independiente, se produjo una situación insólita. Y es que Paolo Goltz agarró la pelota con las manos, cuando el arquero Ignacio Chicco ya había puesto el balón en juego. En consecuencia, el árbitro Nicolás Lamolina terminó sancionando penal en una imagen que recorrió el mundo y que fue objeto de burlas para el defensor sabalero.
El defensor de Colón que le ganó la pulseada a los hinchas

Prensa Colón
En poco tiempo, Paolo Goltz cambió críticas e insultos, por aplausos y reconocimiento.
Esa acción generó mucho enojo en los hinchas sabaleros que desde hace tiempo venían observando de reojo a Goltz. Luego de ese partido, el defensor fue reprobado. Cuando Colón igualó 0-0 como local ante Atlético Tucumán, el defensor abandonó el campo de juego luego de dar una nota y fue insultado por algunos plateístas que permanecían en el estadio.
El propio Goltz luego aseguró que nunca le había pasado en su carrera, ser insultado por sus propios simpatizantes. Lo cierto es que el marcador central estaba en la mira, no así para los entrenadores. Y es que Marcelo Saralegui pidió expresamente que le renovaran su contrato, dándole la capitanía y Néstor Gorosito la ratificó.
LEER MÁS: "Gorosito es un técnico que va de frente y eso es muy bueno"
Lo cierto es que el marcador central de 38 años revirtió la imagen, al punto tal, que aquellos que lo cuestionaban, hoy reconocen que es el defensor más confiable y lo extrañan. Está claro, que sin Goltz, Colón pierde mucho y eso se notó de manera muy nítida en el primer tiempo ante Central Córdoba. Sin su presencia, el equipo se desordena y el bloque defensivo se muestra anárquico.
Si bien no fue de la partida ante Banfield y el equipo ganó, en ese partido, Colón defendió mal en el primer tiempo y no le convirtieron por ineficacia de los delanteros del Taladro. Más allá de errores puntuales, Goltz por jerarquía y voz de mando, se convirtió en insustituible y por eso Gorosito prende velas para su recuperación. No cuenta en el plantel, con un futbolista de esas características.
Sus propios compañeros lo reconocen, como el caso de Facundo Garcés, quien cada vez que puede resalta las cualidades de Goltz. Y no es para menos, ya que cuando juega, el propio Garcés se muestra más ordenado. El fútbol es tan cambiante, que en apenas dos meses, Goltz cambió críticas e insultos, por aplausos y reconocimiento.