José Vignatti es el presidente más exitoso en la historia de Colón. Bajo su presidencia el club salió por primera y única vez campeón del fútbol argentino. Pero mucho antes ascendió al Sabalero a Primera División luego de 14 años en la B Nacional y luego lo llevó a jugar copas internacionales (Conmebol, Libertadores y Sudamericana).
En Colón Domínguez fue el Mesías de Vignatti
Desde lo deportivo los logros obtenidos en su mandato son incuestionables. Como así también en la transformación que tuvo el estadio Brigadier López. Colón creció muchísimo en lo deportivo y en mucho tuvo que ver la participación y las decisiones que afrontó el presidente rojinegro.
Pero pese al título obtenido, fueron más los errores que los aciertos a la hora de elegir entrenadores. Sin dudas que la elección de Eduardo Domínguez fue lo más destacado del ciclo de Vignatti desde que retornó en 2016, como alguna vez sucedió en Boca con Mauricio Macri y Carlos Bianchi.
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Los primeros años de Macri al frente de Boca no fueron buenos, eligiendo a Carlos Bilardo y Rodolfo Veira como técnicos sin conseguir resultados. Hasta la llegada de Bianchi que ganó absolutamente todo y lo consagró a Macri como el presidente más exitoso de Boca en su historia. Pero hasta el arribo de Bianchi su gestión era un fracaso.
Algo similar sucedió en Colón, salvo la elección de Domínguez, las demás decisiones que adoptó Vignatti estuvieron más cerca del fracaso que del éxito. Vale recordar la apuesta de Julio Comesaña, que se fue de Colón dirigiendo apenas cinco partidos. O la de Diego Osella, que llegó a dirigir tan solo siete, dejando al equipo en zona de descenso.
Más acá en el tiempo la elección junto a Mario Sciacqua de Julio César Falcioni, como así también dando el ok para que llegue Sergio Rondina. Si bien ambos entrenadores no eran prioridad para Vignatti, se sabe que nadie se suma a Colón si no cuenta con el aval del presidente.
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En consecuencia, es responsable de los dos fracasos que resultaron ser Falcioni y Rondina. Como así también vale recordar que en su momento Vignatti quiso hechar a Pablo Lavallén, que luego terminó llegando a la final de la Copa Sudamericana.
El presidente sabalero lo quiso despedir en un par de ocasiones, pero Francisco Ferraro lo sostuvo y Lavallén llevó a Colón a jugar por primera vez en su historia una final de Copa. En ese entonces, no existía diálogo entre el entrenador y el máximo dirigente rojinegro.
El primer técnico que eligió fue Paolo Montero, pero dirigió15 partidos y decidió renunciar para irse a dirigir a Rosario Central. Y fue allí que apareció Domínguez, el Mesías que tuvo Colón y Vignatti para llevarlo a la gloria. Sin dudas, resultó un oasis en medio del desierto.
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Sin la presencia de Domínguez, la gestión de Vignatti del 2016 a esta parte hubiese estado más cercana al fracaso que al éxito. Fue el propio Domínguez el que lo clasificó dos veces a la Copa Sudamericana, el que lo consagró campeón y el que lo llevó a jugar la Copa Libertadores.
No en vano Vignatti le dio las llaves del club para que tome todas las decisiones. No es casualidad que estando Domínguez nunca hubo un secretario deportivo. El presidente apeló a Pancho Ferraro cuando se fue Domínguez por primera vez y a Mario Sciacqua cuando lo hizo por segunda ocasión.
Consciente de que Domínguez era capaz de absorber todas las presiones. Y que no precisaba de un manager, el exentrenador sabalero era el paraguas protector de Vignatti y los dirigentes, por eso cuando se fue los dejó a la intemperie y la tormenta los terminó mojando a todos.