La ilusión duró apenas un puñado de minutos. Colón mostró una buena cara en el arranque ante Temperley, con dinámica, presión alta y la aparición de Facundo Castro, quien debutó como titular y marcó el 1-0 que ilusionaba con un cambio de rumbo. Sin embargo, el equipo de Andrés Yllana no logró sostener esa versión y volvió a mostrar su costado más preocupante: el del bajón anímico, la falta de respuestas y la desconexión futbolística.
Sin respuestas: el "viejo Colón" se terminó imponiendo al "nuevo Colón"
La revolución futbolística por la que apostó Andrés Yllana en Colón tuvo un resultado de pocos minutos, pero los viejos errores se terminaron imponiendo ante Temperley.
Por Ovación

Una revolución futbolística que funcionó un rato en Colón
El entrenador había decidido sacudir la formación tras la caída frente a Deportivo Morón (0-1), con seis variantes en busca de una reacción. La apuesta parecía dar resultados en los primeros minutos, pero el nuevo Colón se desvaneció demasiado pronto y dio paso al viejo Colón: el que se cae sin explicación, el que no tiene creación, el que pierde intensidad y al que llegar al gol le cuesta un mundo.
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Temperley aprovechó ese derrumbe. En el tramo final del primer tiempo, Fernando Brandán —quien incluso jugaba con molestias físicas— marcó dos goles que dieron vuelta el resultado. A partir de ahí, el Gasolero se replegó, cuidó la ventaja y le cerró todos los caminos a un equipo rojinegro que volvió a mostrar su principal falencia: la falta de ideas en los últimos metros.
Colón apenas inquietó en la segunda parte, y terminó repitiendo errores que ya se hicieron costumbre en este tramo del torneo. Sin peso ofensivo y con una alarmante falta de variantes creativas, el equipo cayó por segunda vez consecutiva y sigue sin encontrar regularidad ni solidez.
Colón se ilusiona por lo que no hacen los de arriba
Pese a todo, los números aún lo mantienen en carrera: está a cinco puntos de los puestos de Reducido. Pero la preocupación pasa por otro lado.
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El equipo no transmite señales positivas ni da indicios de estar cerca de encontrar su mejor versión. Andrés Yllana, que tras el partido habló de una “semana para tomar decisiones importantes”, deberá rearmar el rompecabezas, con la presión cada vez más alta y el ascenso cada vez más lejano.
Si el cambio de nombres no alcanza, tal vez el cambio de funcionamiento deba ser el verdadero desafío. Porque este Colón, más allá de los intérpretes, sigue sin aparecer.