Como máximo diplomático ruso durante la invasión de Ucrania, el ministro de Exteriores Sergei Lavrov encarna la desafiante postura del Kremlin con una combinación de dureza y sarcasmo. El presidente Vladimir Putin, dirige sin trabas la política exterior del país y Lavrov transmite el mensaje de Moscú con un estilo directo poco habitual en un diplomático. Así fue como este miércoles, en declaraciones a la cadena Al Jazeera, le advirtió al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que “tiene experiencia y sabe que no hay alternativa a las sanciones, sino la guerra mundial”. “La tercera guerra mundial sería una guerra nuclear y devastadora”, agregó.
El canciller ruso advirtió a Estados Unidos sobre "una tercera guerra mundial devastadora"
El ministro ruso dijo también que su país estaba “listo” para afrontar las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea por su invasión de Ucrania, pero que no esperaba que apuntan a atletas, intelectuales, artistas y periodistas.
Lavrov reiteró la disposición de su país para celebrar una segunda ronda de negociaciones con el gobierno ucraniano y acusó a Kiev de dilatar estas conversaciones “por órdenes estadounidenses”.
Un funcionario que no anda con rodeos
Lavrov, de 71 años y que lleva 18 en el cargo, ha visto las relaciones con Occidente pasar de casi cordiales a abiertamente hostiles, y tocar un catastrófico fondo con la guerra de Rusia contra Ucrania. La invasión llevó a la Unión Europea a congelar los activos tanto de Putin como de Lavrov, entre otros, un golpe sin precedentes al orgullo del Kremlin.
El único ministro de Exteriores ruso que ejerció el puesto durante más tiempo fue el ministro soviético Andrei Gromyko, que lo fue durante 28 años. Como Gromyko, que fue apodado Señor Nyet (Señor No), Lavrov se ha convertido en un símbolo de la intransigente política exterior de Moscú ante Occidente.
No se anda con rodeos cuando se trata de defender lo que considera los intereses de Moscú, y ese estilo debe gustar al presidente de Rusia, conocido por su dura retórica. En 2008, Lavrov respondió a un reproche del entonces secretario británico de Exteriores David Miliband con un "¡quién (maldición) es usted para darme lecciones?''.