Este miércoles, la Cámara de Senadores de Uruguay aprobó el proyecto de ley "muerte digna" o eutanasia que ya había sido aprobado en agosto en Diputados de ese país. ¿Qué es la eutanasia? ¿Quiénes pueden solicitar el procedimiento y quiénes pueden aplicarlo?
La ley de eutanasia o "muerte digna" se aprobó en Uruguay: en qué consiste
El objetivo de la ley aprobada en Uruguay es garantizar el derecho a “transcurrir dignamente el proceso de morir”

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En Uruguay aprobaron la ley de eutanasia para una "muerte digna"
La Ley N.º 18.473 aprobada en Uruguay, conocida como la ley "del buen morir" o de voluntad anticipada, establece que toda persona mayor de edad y psíquicamente apta, en forma voluntaria, consciente y libre, tiene derecho a oponerse a la aplicación de tratamientos y procedimientos médicos que prolonguen su vida en detrimento de la calidad de la misma, si se encontrare enferma de una patología terminal, incurable e irreversible.
Cómo se define la eutanasia y quiénes pueden acceder
El proyecto de ley define la eutanasia como el procedimiento realizado por un médico o por su orden para provocar la muerte de la persona que se encuentra en las condiciones previstas y si así lo solicita.
Toda aquella persona mayor de edad y psíquicamente apta que “curse la etapa terminal de una patología incurable e irreversible”, o que derivado de esta padezca “sufrimientos que le resulten insoportables”, tiene el derecho a solicitar la eutanasia. Podrán ampararse en la ley los uruguayos naturales o legales y también los extranjeros que acrediten su residencia en el país.
El proyecto de ley establece que quien quiera recibir asistencia para morir deberá solicitarla personalmente a un médico de forma escrita. El paciente, entonces, debe firmar la solicitud ante el médico. Así, el médico debe dejar constancia en la historia clínica de que la persona cursa una etapa terminal con una patología incurable e irreversible. Se establece que el médico debe dialogar con el paciente, brindándole información sobre tratamientos disponibles y cuidados paliativos, y también debe verificar que la voluntad de morir sea definida en libertad, de forma seria y firme.
¿Puede el médico rechazar la solicitud?
Si el médico rechaza el procedimiento por alguna razón, el paciente puede formular una nueva solicitud ante otro médico. La respuesta puede demorar hasta tres días. Si el segundo médico lo rechaza, se deberá convocar a una junta médica que deberá expedirse en un plazo no mayor a cinco días. La junta debe estar integrada por tres médicos: un psiquiatra y un especialista en la patología que padece el paciente. El tercer médico se definirá en la reglamentación de la ley.
Si el médico acepta, deberá someter la solicitud de asistencia para morir a consideración de un segundo médico, que también tendrá una consulta presencial con el paciente y estudiará la historia clínica. El plazo no puede superar los cinco días. Si el segundo médico confirma la opinión del primero, se sigue con el curso del pedido. Después de la segunda entrevista, y no antes de cinco días, el médico tratante tendrá una nueva entrevista con el paciente. Allí deberá ratificar la voluntad de poner fin a su vida. El plazo puede ser menor a cinco días solo si el médico entiende que hay riesgo de que el paciente pierda la capacidad de expresar válidamente su voluntad en ese período.
¿Qué pasa si una persona no puede firmar la solicitud de eutanasia?
La solicitud de la eutanasia debe ser personal y por escrito ante un médico, según establece el proyecto de ley. Pero si la persona no sabe o no puede por algún impedimento, lo debe realizar otra persona mayor de edad, y debe estar presente junto al paciente con el médico.
Todos los prestadores integrales de salud que forman parte del Sistema Nacional Integrado de Salud, incluidos los Servicios de Sanidad Policial, Sanidad Militar y el Hospital de Clínicas de la Universidad de la República deben poner a disposición de sus usuarios los servicios necesarios para el ejercicio del derecho regulado por la ley.
¿Puede arrepentirse el paciente?
El procedimiento es cancelable en cualquier momento. El paciente puede arrepentirse, y eso obliga al cese inmediato de cualquier paso a seguir, sin importar en qué instancia del proceso se esté.
El proyecto establece que en el certificado de defunción del paciente debe indicarse la causa básica de la muerte y además se debe hacer constar que la eutanasia fue la causa final.