La Justicia rechazó hoy el pedido de excarcelación de Gabriel Nicolás Carrizo, el cuarto detenido en la causa que investiga el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y referente del grupo conocido como “la banda de los copitos”, informaron fuentes judiciales.
La Justicia rechazó el pedido de excarcelación del líder la "banda de los copitos"
La medida la tomó la jueza federal María Eugenia Capuchetti, tras considerar la liberación del imputado podía poner en riesgo la investigación, tal como habían opinado el fiscal Carlos Rívolo y la querella que encabeza José Manuel Ubeira.
El abogado de la vicepresidenta, José Manuel Ubeira, consideró este sábado que Carrizo “tiene características de organizador” y aseguró que la preocupación principal de la querella es “quién los financia y porqué su abogado tiene conexiones con la embajada de Estados Unidos”.
“Carrizo no es un participe, sino que tiene características de organizador, pretendemos averiguar quien es el jefe de esta estructura y quién los financia. Quedó descartado que sea un grupo de loquitos como se dijo en algún momento. Carrizo sorprende por muchas cosas, su abogado fue funcionario de la embajada de Estados Unidos”, sostuvo el abogado en declaraciones a la radio AM 990.
El cuarto detenido
Gabriel Nicolás Carrizo, el cuarto detenido por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, negó el viernes haber participado de la planificación del ataque al prestar declaración indagatoria ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rivolo. Según reveló el diario Página 12, su abogado no solo tiene vínculos con la embajada de los Estados Unidos sino que también trabajó con referentes del partido La Libertad Avanza de Javier Milei y hasta este viernes era asesor del senador nacional de Juntos por el Cambio (JxC), Ignacio Torres en la Bicameral de Inteligencia.
En esta línea, el abogado señaló que “alguien le dio alas a estas personas” y indicó que la hipótesis de la querella es que “son organizaciones que reciben financiamiento”. “Es una organización primaria, que debe tener algún tipo de conducción superior”, afirmó. Asimismo, sostuvo que “desde el punto de la mecánica” el hecho está claro, y que lo importante a hora es “como se relaciona con otros grupos del mismo nivel o de forma ascendente”.
Al declarar el viernes ante la jueza, Carrizo aseguró que los mensajes incriminatorios detectados en su teléfono celular fueron disparados como una broma a un familiar. Carrizo declaró durante tres horas y solo respondió preguntas de su abogado defensor, Gastón Marano. En la indagatoria, aseguró que no tuvo nada que ver con el ataque perpetrado el pasado 1 de septiembre contra la dos veces expresidenta. Además, dijo que conoció hace poco tiempo a los procesados Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, a quienes les había dado trabajo como vendedores de copos de azúcar.
En el teléfono celular de Carrizo había sido detectado un mensaje en el que hacía referencia a que el ataque debió haber sido ejecutado de otro modo. “Esto no tendría que haber salido así, le di un arma y se le trabó”, decía el intercambio que le fue exhibido como prueba en el marco de su indagatoria.
Ante una pregunta de su defensor, el imputado declaró que se trataba de una “broma” que le estaba haciendo a un pariente cercano de ideología filokirchenrista y consideró que los investigadores lo sacaron de contexto, por lo que solicitó que esa persona sea citada a declarar en calidad de testigo.
En un momento de su declaración, Carrizo rompió en llanto y aseguró que conoció a Sabag Montiel y a Uliarte en una fiesta hace tres meses y que el hombre que quiso asesinar a la vicepresidenta le dijo que estaba sin trabajo, por lo que le ofreció sumarse a su emprendimiento de producción y venta de copos de azúcar.