En pocos días se cumplen dos años de la implementación del etiquetado frontal y desde el sector remarcaron que, pese a que la ley sea de alcance nacional, hay algunos puntos que no se cumplen. Uno de ellos, según señalaron, se da en las cantinas y en los kioscos escolares.
Alimentación saludable: advierten sobre la baja implementación en cantinas y kioscos escolares
En pocos días se cumplen dos años de la ley de etiquetado frontal y desde el sector remarcaron que, pese a su alcance es nacional, hay algunos puntos donde no se aplica.

En declaraciones con el programa El mejor día de la semana (Radio 2), Rosario, Ignacio Porras, director ejecutivo de la Fundación Sanar, mencionó que dicha ley “prohíbe que se venda cualquier producto que haya sido alcanzado por al menos un sello y tampoco permite que dentro de los menúes escolares se utilicen alimentos que tengan al menos un sello”. Sin embargo, pocas instituciones cumplen con ello.
“Lo que sucede con la ley de promoción de la alimentación saludable en la implementación en el entorno escolar es que desde el consejo federal de educación se bajó una línea bastante abierta a interpretaciones sobre el cumplimiento de la ley”, empezó.
Así, aseguró que la ley está enfocada a proteger niñas niños y adolescentes que están, en promedio, entre cuatro y ocho horas dentro de la escuela y por ello son considerados “población cautiva”, es decir, “dependen de las elecciones de los adultos a cargo”.
“La salud de los niños y adolescentes se ve sometida al nivel de compromiso con la salud de los adultos que están a cargo de esas instituciones”, explicó.
Derecho a la alimentación adecuada
Según Porras, uno de los puntos más importantes “es preguntarse cómo hacer para trabajar de forma mancomunada para que la ley se implemente y así se pueda hacer valer el derecho a la alimentación adecuada de los chicos que asisten a esa escuela”.
Además, aseguró que “hay muchos docentes o directivos que no tienen conocimiento de la ley, no saben cómo implementarla o a veces hay un tema con la concesión con las cantinas. Cada escuela es un mundo, cada actor de esa comunidad educativa puede pensar desde su rol como hacer para la implementación”.
De tal manera, sumó: “Todos tenemos la responsabilidad de cuidar a las generaciones más jóvenes”.
Respecto a los precios de alimentos saludables explicó que “hay en discusión distintas políticas públicas”.
“No es algo que dependa de una única medida ni del cantinero que lleva adelante su comercio. Además, que sea más caro comer bien que comer mal sigue exponiendo a las personas de menores ingresos a estar más expuestas a enfermedades crónicas no transmisibles, la principal causa de muerte de nuestro país”, profundizó.