Cuando se trata de desastres naturales puede ser difícil decidir cuál es el peor de ellos, ¿una bajante o una crecida del Paraná? Y esta decisión se dificulta aún más si a un desastre natural se le suma un desastre sanitario como la actual pandemia de Covid-19. No obstante, es oportuno considerar y comparar los efectos negativos que podrían tener las bajantes y crecidas del Paraná sobre la pandemia que atraviesa la ciudad de Santa Fe.
En tiempos de pandemia, ¿qué es peor, una bajante o una crecida del Paraná?

Prensa UNL
Bajante de la laguna Setúbal abril 2020

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Bajante de la laguna Setúbal abril 2020

Fotografía tomada durante la crecida de 1905 en la esquina de Moreno y 25 de Mayo, Ciudad de Santa Fe. Gentileza del investigador.
En este sentido, el problema más serio y evidente que provocaría una bajante del río sería una disminución del suministro de agua potable que dificulte ciertas medidas sanitarias y de higiene. Afortunadamente, las tomas de agua de esta ciudad permanecen operativas garantizando un buen suministro de agua potable, y se han tomado las medidas necesarias para que esto continúe así si la bajante actual se acentúa en los próximos días.
Entonces, en el caso de que pueda garantizarse la distribución de agua potable durante toda la bajante, se podría sugerir que una crecida extraordinaria del Paraná sería más perjudicial ya que este fenómeno causaría un gran movimiento y hacinamiento de evacuados, y esto podría empinar la curva de infectados de Covid-19 en esta ciudad.
La crecida del Paraná de 1905 y el temor de una epidemia
Durante esa crecida histórica, una de las peores observadas hasta ahora en la provincia, los médicos de la ciudad de Santa Fe estaban muy preocupados por la posibilidad de que el hacinamiento de una gran cantidad de inundados en refugios improvisados pudiese causar una epidemia de enfermedades contagiosas.
Finalmente esto no ocurrió, en gran medida, gracias a la ardua labor preventiva que realizó la Dirección de Asistencia Pública de la Municipalidad de Santa Fe durante la crecida de 1905. Mientras que en aquel entonces se temía que una crecida del Paraná causara una epidemia, hoy en día una crecida empeoraría la pandemia en curso.
Además, los pronósticos actuales de El Niño anuncian que este fenómeno climático, causante de las crecidas del Paraná, no será probable durante los próximos seis meses. Es decir, es poco factible que una gran crecida del Paraná empeore la pandemia actual.
Por Andrés Antico, investigador del Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (IHUCSO/Conicet-UNL).