La Universidad Nacional del Litoral comenzó la obra de un aulario en el terreno lindante a la Reserva Ecológica, recibiendo el inmediato repudio de profesionales, ciudadanos e integrantes de la misma unidad educativa. El sábado pasado se realizó el segundo abrazo simbólico a la reserva, organizado por la agrupación Comunidad por la Naturaleza, y ya se recibieron más de 3.000 firmas en Change.org para frenar la construcción.
"La reserva no se toca": continúa el reclamo por el desmonte
En diálogo con el programa Ahí Vamos (de 9 a 12 por FM 106.3 La Radio de UNO), Gustavo Gutscher, vocero de Comunidad por la Naturaleza, habló de las acciones que están llevando a cabo para frenar la construcción del Aulario. Desde la agrupación entienden que “para defender hay que querer, y para querer hay que conocer”.
“Este desmonte puede afectar el desarrollo y la integridad propia de la reserva”, explicó Gustavo. “Vamos a seguir haciendo actividades para que todo el público y todos los ciudadanos de Santa Fe puedan acercarse a conocer y puedan interiorizarse, saber cómo es la reserva y puedan quererla como la queremos nosotros que la usamos de forma habitual. Eso en un primer punto”.
“En un segundo punto vamos a seguir presentando las notas y vamos a seguir insistiendo en que se recategorice la obra, que fue categorizada hace 20 años cuando la reserva no tenía la estructura que tenía ahora. Justamente había una casilla que era el hábitat de muchos murciélagos”, contó Gustavo.
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El joven precisó que el ingreso a la reserva es el llamado “Camino de los cuises”, una senda larga que va hacia el fondo de la reserva, y hacia la izquierda se puede ver toda la zona desmontada, justo donde había una casilla de nidos de murciélagos de gran valor ecológico dentro de la ciudad universitaria y la región.
Desde Comunidad por la Naturaleza entienden que la categorización de la obra está mal hecha porque no considera que en el terreno lindante hay una reserva tan importante.
En esa recategorización nosotros entendemos que está mal hecha porque no se considera que en el terreno lindante hay una reserva tan importante como la de Ciudad Universitaria. “Esa recategorización que nosotros solicitamos permitiría que hayan estudios de impacto ambiental, que la Universidad a veces dice que existen y a veces dice que no”, dijo el joven. “En la página no está colgado porque justamente el tipo de categorización que tiene de bajo o nulo impacto ambiental hace que no sea necesario ese estudio”.
Apuesta educativa
El grupo Comunidad por la Naturaleza está conformado por estudiantes, docentes, biólogos, ingenieros ambientales, abogados, vecinos de la ciudad y la región “que entienden que la reserva es más que un pulmón verde y constituye parte de nuestro patrimonio ecológico cultural y social”.
La reserva es una fuente inagotable de información y experiencia para estudiantes y profesionales. “Ahí muchos compañeros y compañeras hacen las tesis de grado, maestría y doctorado”, dijo Gustavo, quien además es parte del Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades.
“Históricamente luchamos para que haya más lugares de estudios. El problema de las aulas dentro de la Universidad Nacional del Litoral es real, sobre todo en carreras como Arquitectura o Derecho”, explicó el joven. “Nosotros no nos oponemos a la construcción de estos aularios y celebramos que se invierta en ese sentido pero sí nos oponemos en relación al lugar. Entendemos que el lugar no es adecuado y creemos que hay que reevaluar eso. No es lo mismo ahora que hace 20 años”.
Y concluyó: “Los paradigmas de progreso han cambiado y creo que la universidad tiene que estar a la vanguardia de esos cambios. Ya no es una cuestión de pensar en construir por la necesidad de construir sino tenemos que pensar un poco más en relación a dónde construimos y qué impacto va a tener”.
Según el vocero, la agrupación continuará con actividades de concientización, el pedido por una recategorización que permitiría que se realice el estudio de impacto ambiental y una consulta ciudadana para considerar la opinión de la comunidad.
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