Luciano Rossi, activista y referente social santafesino, se convirtió recientemente y tras una elección histórica, en el nuevo representante de la Comunidad del Hospital Sayago y habló con UNO de sus sensaciones y del trabajo para el futuro en las flamantes funciones.
Luciano Rossi: "Estamos muy contentos porque fue una elección histórica"
Así lo manifestó el referente social santafesino, Luciano Rossi, quien por elecciones se convirtió en el nuevo representante de la Comunidad del Sayago
Luciano Rossi, "Chano", y su trabajo comunitario
"Chano", como lo conocen los íntimos además trabaja hace cuatro años en una fundación que armó en Santa Rosa de Lima, la copa de leche “Niños del Sol”, a la que actualmente asisten más de 200 personas entre niños, adultos y adultos mayores, que representan unas 70 familias.
—Felicitaciones por la elección que ganaron para que seas el nuevo representante de la Comunidad del Sayago. ¿Cuál es el análisis que se puede hacer de esa jornada?
—Muchísimas gracias. En principio estamos muy felices porque fue una elección histórica. Es la primera vez en la historia de las elecciones para el representante de la Comunidad del Hospital donde la participación de las organizaciones se dio a gran escala. Para que te des una idea, en la última elección que se había celebrado anterior a esta, la persona que ganó sacó 12 votos y en total participaron unas 20 organizaciones. Esta vez, el padrón definitivo estuvo compuesto por 56 organizaciones. A su vez, nosotros fuimos elegidos con 32 votos, que podrían haber sido 33 ya que una vecinal se presentó para votar pero por razones personales de urgencia la persona encargada de sufragar nos pidió disculpas y se tuvo que retirar. Lo cual, eso también indica que casi se triplicó el número de organizaciones que participaron de la elección y la misma conclusión se puede sacar para la cantidad de votos que obtuvo la lista ganadora que compone mi persona como titular y Laura Taborda de suplente, con quien hemos recorrido casa por casa, institución por institución desde enero de este año, haciendo un trabajo incansable pero que dio sus frutos.
—¿Cuáles son los desafíos que tienen por delante?
—Los desafíos son muchísimos y de diversos matices. Partimos de un punto cero, porque el lugar de representante de la Comunidad en el Hospital se encontraba acéfalo desde hace varios meses, y con complicaciones desde hace algunos años. Por lo que es muy poca o nula la representación que vienen teniendo las organizaciones dentro del hospital. Nosotros tenemos un programa de salud para el Sayago, pero además tenemos un programa para todo el centro norte de la Ciudad de Santa Fe y también para toda la ciudad de Santa Fe, ya que hace años venimos articulando con el representante de la Comunidad del Hospital Cullen, Diego Alegre, y nos preocupa grandemente que mucha gente del norte de nuestra ciudad tenga que cruzarse la misma de punta a punta para atender distintas situaciones que se presentan y que podrían ser resueltas administrando de forma eficiente.
—¿Cuáles son las organizaciones que forman parte de la Comunidad y qué importancia tiene su participación?
—A la Comunidad de este y de todos los hospitales de la provincia la integran asociaciones civiles con diversos objetos, vecinales, clubes y fundaciones. No solo es importante su participación, sino que ocupan un rol fundamental canalizando las sugerencias, reclamos, ideas, el bienestar o el malestar que tengan las personas de acuerdo al funcionamiento del hospital. Son el termómetro, pero también son el motor del crecimiento. Sin las organizaciones, la comunidad santafesina no tendría una voz desde donde expresarse, para lo bueno y para lo malo. Para las propuestas y para las exigencias. Esa voz que le dan las organizaciones a la comunidad, es trasladada a mi persona, y me veo en la obligación de trasladar eso al Consejo de Administración para la búsqueda de soluciones concretas. En definitiva, los hospitales están hechos para la gente. Y son los santafesinos los dueños del mismo y los que tienen el derecho de participar de la vida del efector de salud. Médicos, enfermeros, personal administrativo, todos son muy importantes. Pero si la gente no acudiera al nosocomio, ni el edificio, ni los profesionales, ni toda la estructura jerárquica tendría sentido. Es para ellos que trabajamos todos los días y es a ellos a quienes tengo el honor de representar.
—Por último, ¿cómo te preparás para enfrentar los desafíos que se vienen?
—Me hicieron la misma pregunta varias veces y mi respuesta es siempre la misma: me vengo preparando toda mi vida. A los 13 años decidí participar por primera vez en una red de voluntarios de la Iglesia La Salette que brindaban comida a los vecinos del asentamiento El Triángulo. Esa experiencia fue un quiebre en mi vida que hizo que 10 años después, a mis 23 años compre un galpón en barrio Santa Rosa de Lima donde viví durante siete años. Con otras personas le dimos vida a los que hoy es la Fundación “Niños del Sol” y hace casi una década venimos trabajando sin descanso para que muchas de las familias del barrio sientan que tienen un segundo hogar que los contiene. Trabajar por la comunidad siempre ha sido parte de mi vida. No concibo la vida de otra forma que no sea sirviendo al prójimo. Por supuesto que no todo es color de rosa porque siempre que uno hace las cosas bien, toca intereses y no todos están contentos con eso. Pero es parte del gimnasio de la vida, sin las piedras en el camino no podría haber construido lo que se construyó hasta acá. Seguramente vendrán más piedras y me pone muy feliz porque es mucho lo que falta por construir y las recibo con alegría. Tengo una convicción espiritual de mi propósito en esta vida, que es inquebrantable, y es lo que me da las fuerzas todos los días. Con Nuestro Padre Celestial como norte, a nosotros, sus hijos, es a quienes va dirigido mi trabajo.