En Buenos Aires se concentran la mayoría de las familias que practican el judaísmo ortodoxo pero en Santa Fe también hay algunas familias que le escapan a la tecnología, a los cambios de la sociedad y deciden abordar esta religión de una forma más cerrada. El rabino Sebastián Vainstein recibió a UNO Santa Fe en una sinagoga ubicada en el centro de la ciudad para brindar detalles de un estilo de vida basado en preceptos de hace miles de años.
Reglas y tradiciones del judaísmo ortodoxo en Santa Fe
Por Mario Córdoba

Reglas y tradiciones del judaísmo ortodoxo en Santa Fe
Esta sinagoga pertenece al movimiento conservador masortí y en el mismo edifico se encuentra la sinagoga de la comunidad ortodoxa, esta separación entre los templos es debido a que buena parte de los judíos pertenecen a este movimiento, otros son más seculares y no tan observantes y luego hay un pequeño grupo dentro de la comunidad que son familias ortodoxas.
El museo Judío Hinenu también está en el mismo sitio y este está abierto a todo el público que desee conocer la historia de la comunidad. Sin embargo, las sinagogas sí cuentan con una serie de restricciones: "Una persona que no es judía no es que tiene prohibido entrar a la sinagoga pero por ciertas cuestiones no han pasado en Argentina, como los atentados, nuestra vida cambió y por eso es que hay ciertas reglas. Hasta lo que fue el atentado a la Embajada de Israel y a la Amia las puertas estaban más que abiertas, no existía ninguna muralla".
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El rabino explicó que dentro del judaísmo hay tres grandes corrientes, la ortodoxia, el movimiento conservador y los movimientos liberales o reformistas. Esta distinción entre una y otra es por cómo interpretan los textos y se apegan a la observancia de los preceptos. "Los movimientos conservadores y los liberales nos hemos adaptado mucho más a los cambios sociales, la tecnología y muchas otras cosas que dentro del mundo de la ortodoxia se siguen viviendo ciertas cuestiones con restricciones o interpretaciones de un par de siglos atrás", apuntó. Un ejemplo de estas diferencias es que en la sinagoga conservadora se sientan hombres y mujeres juntos, no así en la sinagoga ortodoxa. En la ortodoxia las mujeres no suben a leer la Torá pero sí en el mundo conservador. "El mundo ortodoxo es mucho más estricto, más cerrado, no se van a relacionar en ciertos temas con la gente en general por preservar la identidad", indicó.
La mayor población judía ortodoxa está en Buenos Aires, Córdoba, Tucumán y Rosario, mientras que en la ciudad de Santa Fe se concentran cuatro o cinco familias. Sobre por qué esta rama de la religión está más desarrollada en esa parte del país, Vainstein precisó : "Uno necesita ciertos requisitos para poder vivir en comunidad. Nosotros tenemos la regla alimentaria, comemos comida kosher y para eso gracias a Dios hay una familia que trae de Buenos Aires para que el que quiera pueda consumir. Hay ciertas cosas que te restringen la vida. Están los que son las mikve que el lugar del baño ritual, acá no hay y allá sí. Entonces se hace un poquito más difícil vivir dentro de la ortodoxia cuando hay ciertos requisitos que quizás no podés tener". El rabino, al igual que la gran mayoría es conservador y no son tan estrictos al momento cumplir ciertas tradiciones, como las leyes de pureza e impureza.
Entre las diferencias que hay entre le judaísmo ortodoxo y las otras corrientes está la forma en la que viven el noviazgo y el matrimonio. "En el mundo de la ortodoxia está el famoso dicho de "llegar virgen al matrimonio", generalmente se casan jóvenes. No existe eso de ir a pasear, nos conocemos, estamos 50 años y después nos casamos, convivir no existe. A veces se le presenta la pareja a la familia de una, pueden ser casamientos arreglados y en algunas corrientes de la ortodoxia eso ya no está. La idea es casarse, tener relación para procrear, formar una familia".
En la vida familiar también hay reglas. Como a veces se muestra en las series y películas los hombres y las mujeres duermen en camas separadas por la "impureza de la mujer", el contacto. Las mujeres casadas tienen el pelo cubierto con una peluca, gorro o pañuelo por leyes de recato, además se visten de largo. Sobre este punto, precisó: "Esa mujer ha sido santificada para esa persona. El cabello tuvo que ver mucho tiempo con la sensualidad, como que uno no puede provocar hacia el exterior".
Vainstein usa en su cabeza la kipá, tal vez la vestimenta más fácil de reconocer dentro de la religión. La usan solo los hombres, es un símbolo y no está dentro de una ley que aparece en la Torá, el texto sagrado. "Marca la idea de que arriba tuyo hay alguien que es superior, que es Dios. Somos hombres, seres limitados. El uso de la kipá no es obligatorio, sin embargo en el mundo de la ortodoxia a través del rabino José Caro se instituyó la idea de que no podemos dar más de tres pasos con la cabeza descubierta". En el mundo conservador esta solo se usa cuando se entra a la sinagoga, un cementerio, cuando se come o se leen textos sagrados y también se pueden usar en otros momentos si se desea. "También te indica una manera de conducta porque si querés prevalecer los valores de ética, moral y demás no podés estar con la kipá y después insultar a todo el mundo", expresó.
Dentro de las festividades las más relevantes son rosh haShanah, año nuevo; yom kipur, el día del perdón; pésaj, las pascuas; y ahora van a celebrar Janucá, "la festividad de las luces, los milagros" que ocho días. En este año 2022 coincide con Navidad, y en esa fecha se hace un encendido comunitario, en cada familia se enciende una vela durante ocho días. Además este miércoles 21 de diciembre llevarán a cabo un festejo en la peatonal, frente al Teatro Municipal. Y el 22, los integrantes de la Mesa del Diálogo Interreligioso van a celebrar Janucá y la Navidad en el Concejo Municipal por primera vez. "La idea de esta festividad es que la luz salga hacia afuera, que el milagro de lo que fue Janucá por sobrevivir a la invasión griega se pueda promulgar. Y que la identidad judía, que se nos había prohibido, podamos vivirla", dijo. Por otro lado, todas las semanas tienen el sabbat, el día sagrado que va del viernes al sábado.
"Gracias a Dios acá en Argentina y en Santa Fe podemos vivir libremente como judíos. Tenemos nuestras sinagogas, escuelas, clubes, restaurantes cusher, de todo. Por supuesto que siempre va a haber cuestiones de antisemitismo como ya las vivimos acá, pero por suerte son menos a los que podían ser. No podemos decir que no vivimos en libertad. Discriminación y antisemitismo siempre van a existir pero no es que constantemente están", cerró.