La relación entre Unión y Gustavo Munúa está absolutamente desgastada. Los malos resultados obtenidos en el segundo semestre del 2022 y en el comienzo del 2023, lo ponen al entrenador uruguayo en el ojo de la tormenta. Los hinchas le bajaron el pulgar, la dirigencia no está conforme y el DT mantiene diferencias con la secretaría técnica.
Munúa-Unión, una relación desgastada y la bala de plata que le queda

Télam
Gustavo Munúa depende de lo que suceda en el Clásico para saber si seguirá siendo el DT de Unión.
Así las cosas, la realidad indica que hay un solo resultado que puede avalar la continuidad de Munúa en el Tate. Y es nada menos que el Clásico, si a Unión le va bien, el entrenador tendrá algo de oxígeno para permanecer en el cargo, en caso contrario se le pondrá punto final a su ciclo en el plantel rojiblanco.
A esta altura, no hay dudas de que el futuro de Munúa depende del partido contra Colón. Será un antes y un después para el entrenador que ya no tiene consenso en el mundo rojiblanco. Los pésimos resultados fueron erosionando su credibilidad y las estadísticas dan cuenta de ello.
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Con Munúa en el banco, Unión apenas ganó dos partidos de los últimos 18 que jugó. Fueron 1-0 ante Sarmiento y 1-0 frente a Arsenal. Es decir que de los últimos 54 puntos en disputa obtuvo tan solo 12 unidades (dos triunfos, seis empates y 10 derrota), obteniendo una efectividad del 22%.
Con semejantes números, cualquier otro entrenador ya hubiese renunciado o en todo caso habría sido despedido por los dirigentes. Sin embargo, la dirigencia de Unión junto con la secretaría técnica le ratificaron la confianza al punto tal de renovarle el contrato.
Pero la derrota ante Instituto puso sobre la mesa, los mismos errores que se venían cometiendo. Como si el tiempo y la pretemporada extensa, no hubiesen servido para mejorar a un equipo que terminó el 2022 sumido en una crisis y siendo goleando en su estadio por Central Córdoba 4-1.
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La sensación es de tiempo perdido, ya que se observó al viejo Unión. Y eso hizo que los hinchas explotaran contra el entrenador, dirigentes y secretaría técnica. Y es que todos ellos, en mayor o menor medida, son responsables del presente crítico que atraviesa el Tate.
Munúa cuenta con una bala de plata para mantener su lugar como entrenador. Los antecedentes lo avalan, ya que lleva dirigidos tres Clásicos, con una victoria y dos empates (ambos en condición de visitante). Un triunfo ante Colón traería mucha calma y todo lo que sucedió anteriormente, por un tiempo quedaría en el pasado.
Caso contrario, automáticamente se decretaría la salida de Munúa. El entrenador no resiste una derrota en el Clásico y eso lo saben todos. Por ello, su continuidad se decidirá en pocos días, más allá de lo que suceda ante Barracas Central, el 19 de febrero se definirá si el técnico seguirá o dirá adiós.