Unión tiene menos que antes, no solo en lo cuantitativo, sino en lo cualitativo. Y que se fueron jugadores importantes y apenas llegó el marcador central Oscar Piris. Pero fundamentalmente en donde el equipo no cuenta con variantes ni recambio, es en el ataque.
Unión se enfrenta a la urgencia de conseguir goles

Unión padece la falta de goles y precisa de manera urgente la llegada de un par de delanteros.
Gustavo Munúa pide a gritos la llegada de un par de delanteros que vengan a solucionarle un problema que resultó crónico en la última mitad de la Liga del 2022 como fue la falta de gol. Y es que el Tate apenas convirtió ocho goles en los últimos 16 partidos que disputó.
Por lo cual era necesario potenciar el ataque, pero encima, se fueron Jonatan Álvez y Mariano Peralta Bauer, de esta manera, en vez de reforzar el bloque ofensivo, lo terminó debilitando. Y la realidad indica que hoy el plantel cuenta con Junior Marabel, Matías Gallegos y Jerónimo Domina, un juvenil de apenas 17 años.
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De hecho, en el primer amistoso ante Newell's, probó con Daniel Juárez como centrodelantero, evidenciando la falta de variantes. Si bien Pajarito terminó siendo el goleador de Unión con cinco goles, no es un referente de área y su posición natural es jugando como extremo.
En los dos primeros amistosos el entrenador varió el sistema táctico probando con un 4-3-3. Tratando de buscarle la vuelta a la falta de gol, ensayó con ese retoque posicional, pero está claro que Munúa está lejos de hacer magia y que para experimentar una mejora, requiere de mayor jerarquía.
Unión necesita un par de delanteros capaces de resolver dentro del área rival. Sino, todo lo que genere en ataque, de poco servirá. Y eso sucedió en el torneo pasado, ya que el equipo llegaba, pero a la hora de definir fallaba y allí ya no es responsabilidad del entrenador.
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Los entrenadores pueden potenciar jugadores, disponer de una táctica para superar al rival, realizar una lectura acertada del juego, entre otras cosas. Pero cuando el futbolista está frente al arco, el DT ya no juega. Puede disponer de trabajos para mejorar la definición, pero el que termina resolviendo es el jugador.
Así como Munúa es responsable de lo mal que jugó el equipo por momentos y la falta de resultados, también lo son los dirigentes por no reforzar el plantel como deben hacerlo. A Unión le falta potencia y presencia en ataque y si la dirigencia no lo entiende, entonces el equipo sufrirá cuando arranque la competencia.
Los amistosos permitieron observar a un equipo que intenta cambiar el chip desde la conformación del juego, pero que termina padeciendo la falta de eficacia. Con lo que tiene no alcanza, por eso resulta imperiosa la llegada de delanteros, caso contrario, el problema se agudizará y esa no es una buena noticia para nadie.