Los primeros 180' de Colón en este 2023 permiten sacar algunas conclusiones. La primera de ellas es que al equipo le falta volumen de juego en la zona media. No tiene en el plantel, un futbolista capaz de generar fútbol o romper líneas por adentro. En consecuencia, el 4-4-2, por el que apuesta Marcelo Saralegui se torna previsible.
A Colón le falta dinámica y juego en la zona media
Pero además, en los encuentros ante Vélez y River de Uruguay, los carrileros no rindieron, por lo cual los delanteros no fueron asistidos. Tanto Juan Pablo Álvarez como Joaquín Ibañez, no jugaron bien, por lo cual, tanto Laureano Troncoso como José Neris debieron autogestionarse.
Se observaron algunos arranques de Troncoso, la voluntad de Neris para jugar de espaldas y no mucho más. Por ello, en dos partidos apenas convirtió un gol que fue de penal. Lo que refleja de manera contundente la falta de variantes a la hora de atacar.
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A lo expuesto, hay que sumarle que los dos volantes centrales, tampoco lograron pisar el área rival. Ante el Fortín, ni Baldomero Perlaza ni Leonel Picco pudieron aparecer por sorpresa en ataque. Y contra River de Uruguay, Cristian Vega se animó con algún remate desde afuera, pero el colombiano estuvo nuevamente errático.
De esta manera, Colón dependió de las subidas de Eric Meza y algunos centros a la carrera que no tuvieron el mejor destino. Las ausencias de Christian Bernardi y el Pulga Rodríguez son notorias, ya que eran los futbolistas capaces de hacer una pausa, meter un pase en cortada o desequilibrar en los metros finales.
Y hoy Colón no cuenta con un futbolista, de apariciones como por ejemplo era Rodríguez, capaz de ganar un partido con una jugada. Como así también, es preocupante la falta de un ejecutor en las pelotas quietas. El Sabalero no cuenta con un especialista y eso resulta una desventaja en partidos que se presentan muy parejos.
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Con las llegadas de José Neris y Jorge Benítez, sumando a la presencia de Ramón Ábila, se podría decir que Colón tiene más nombres en ataque, que en el torneo pasado. Pero a esos delanteros, por sus características, hay que asistirlos y allí es donde comienzan los inconvenientes.
A Colón claramente le falta un par de mediocampistas, capaces de fluir con la pelota en los pies. Que junten pases, que generen sociedades y contagien al resto. Sino, dependerá de alguna corrida por los costados para el centro a los delanteros de área.
Difícilmente un equipo juegue bien sin la presencia de mediocampistas capaces de hacer jugar al resto. Volantes internos, que puedan romper líneas y dinamizar el sector medio. Que puedan cambiar el ritmo y dejar de lateralizar o correr de manera vertical, como lo vienen haciendo los volantes sabaleros.