A 13 días de la invasión de las fuerzas rusas en Ucrania, las fiscalías de Alemania y España anunciaron hoy que iniciaron investigaciones sobre posibles crímenes de guerra y "violaciones graves del derecho internacional humanitario", respectivamente, por parte de Rusia.
Alemania y España investigan crímenes de guerra en Ucrania

Amnistía Internacional denuncia que tiene pruebas de que los rusos arrojaron bombas de racimo sobre la población, lo que constituye crímenes de guerra
Las diligencias españolas tienen por objeto "concretar la entidad delictiva de los hechos y practicar cuantas diligencias sean necesarias", precisa el texto del decreto de la fiscalía.
"La agresión que padece la nación soberana de Ucrania no solo es un acto de guerra injustificada y por tanto no amparado en normativa internacional alguna, sino que además de la violación de su soberanía se están originando otras violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario", detalla la fiscalía española en su decreto de cinco páginas.
"La actuación de la Federación de Rusia y de sus dirigentes en modo alguno se encuentra amparada por causas o circunstancias lícitas", añade la fiscalía, que considera a los tribunales españoles competentes para investigar los posibles delitos cometidos.
El ministro alemán de Justicia, Marco Buschmann, ya había indicado al diario local Passauer Neue Presse que los ministros europeos de Justicia habían dialogado sobre los procedimientos para documentar los crímenes de guerra cometidos en Ucrania. La investigación alemana busca "recabar y asegurar todas las pruebas" de cara a eventuales procesos, expresó el ministro. "Las eventuales violaciones del derecho penal internacional deben ser perseguidas consecuentemente", agregó.
La investigación, denominada "estructural", de la fiscalía federal alemana tiene por objetivo reunir documentos y testimonios de cualquier abuso cometido, informó la agencia de noticias AFP.
La Corte Penal Internacional (CPI) también está investigando desde la semana pasada acusaciones de crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Rusia inició su invasión de Ucrania el 24 de febrero y desde entonces libra una guerra en todo el territorio, bombardeando ciudades. Más de dos millones de personas huyeron del país, según la ONU.
Numerosos civiles murieron y algunos testimonios dan cuenta del uso de bombas de racimo y termobáricas y de ataques contra zonas residenciales e infraestructuras civiles.
Las bombas de racimo se componen de un contenedor, como un obús, que incluye proyectiles explosivos de menor tamaño, llamados "submuniciones". Estas bombas suelen alcanzar a población civil. Su uso fue prohibido por la Convención de Oslo de 2008, un documento no rubricado por Moscú.
La embajadora ucraniana en EE. UU. denunció que Rusia está utilizando bombas termobáricas, también conocidas como bombas de vacío, prohibidas por la convención de Ginebra. La explosión puede destruir equipos y edificios reforzados, además de matar y dañar a las personas próximas. El efecto antipersona de la onda explosiva es más letal en refugios excavados en el suelo, sobre personas con algún tipo de armadura o protección corporal y en espacios cerrados "rígidos", como cuevas, edificios y búnkeres.
En los últimos años, Alemania ha empezado a investigar crímenes de guerra y de lesa humanidad perpetrados en conflictos en el extranjero, como en Siria. Para ello, aplica el principio de la "justicia universal", que le permite juzgar determinados delitos, sin importar dónde se hayan podido cometer.