La situación que se vive en la actualidad con la problemática de los cuidacoches, popularmente denominados trapitos, como también la de los limpiavidrios en distintos puntos de la ciudad, está fuera de control. Mientras el debate y la polémica se expanden en el Concejo en busca de herramientas útiles y aplicables para la realidad existente, los cuidacoches se sostienen y subsisten en las calles y barrios de Santa Fe entre la buena voluntad y el hartazgo de la gente.
Entre una ordenanza ineficaz y la falta de decisiones, los trapitos en la ciudad subsisten por la voluntad de la gente

La voz de los trapitos en la ciudad.
Durante los últimos días, UNO Santa Fe elaboró una serie de informes periodísticos con los cuales volvió a poner en el tapete de debate la realidad actual de los cuidacoches y limpiavidrios en la ciudad. En ese contexto, la discusión explotó en el seno del Concejo con controversias.
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UNO salió a las calles de la ciudad a buscar la voz de los trabajadores informales para conocer su mirada sobre la realidad que viven, su relación con la gente y las sensaciones sobre su futuro.
En el año 2019 se sancionó la ordenanza N°12.635, la cual creó el Programa Inclusivo de Cuidadores de Vehículos. El proyecto tenía como finalidad poder llevar a cabo un mayor control sobre dicha actividad e incluir a las personas dentro de una economía formal. Sin embargo, dicha normativa no cumplió su cometido. Hubo una gran cantidad de cuidacoches que se presentaron pero menos del 10 por ciento contaba con la documentación pedida, como el certificado de buena conducta.
Hoy existe un proyecto aprobado sobre la conformación de mesas de trabajo para abordar la temática a la espera de su activación, otra iniciativa en comisiones y pedidos de informes al Ejecutivo sobre los números y relevamientos de la situación de los cuicacoches.
En este contexto, en la ciudad de Santa Fe existe el Sistema de Estacionamiento Ordenado Municipal (SEOM), el cual regula las zonas donde se debe abonar por el uso del espacio público. Pese a esto, se naturalizó en la actualidad que en el micro y macrocentro convivan ambos sistemas, SEOM, trapitos y limpiavidrios. En los últimos días, el concejal del PRO, Sebastián Mastropaolo, presentó un proyecto con el objetivo de suspender el estacionamiento medido en la ciudad por la presencia de trapitos.
La semana pasada, tras la reunión del Consejo de Seguridad municipal realizado en en el Parque Biblioteca de la Constitución, el intendente de la ciudad, Emilio Jatón, opinó sobre la situación de los cuidacoches en la ciudad de Santa Fe y reconoció que "la actual ordenanza está plagada de errores" e instó a "llevar nuevamente el debate al Concejo".
Por otro lado, la imagen de los trapitos en la ciudad despierta distintas sensaciones por parte de los santafesinos. La realidad marca que la inseguridad y los hechos delictivos en los últimos tiempos tuvo un correlato directo con la presencia de cuidacoches en algunos sectores de la ciudad. Pero como contracara de esto último, hay muchos trabajadores informales que se ganaron la confianza de la gente a base de trabajo y predisposición.
En algunos barrios, como en Candioti Sur, un padre con su hijo hace más de 20 años se hacen cargo de la zona de Bulevar y Laprida. En barrio Centro, en la cuadra del Círculo Odontológico santafesino, sobre calle Eva Perón al 2.400, Antonio, alías "Tony", hace muchos años que se ganó la confianza de los trabajadores de la cuadra y se lo observa firme y feliz cada mañana, siempre con una sonrisa en su rostro.
"Sinceramente no es lo que a mi me gusta pero es lo que me está tocando pasar. Dignamente me la estoy rebuscando. Hay personas que no valoran nuestra actividad, nos discriminan y nos tildan de delincuentes, pero no es así, porque no somos todos iguales", contó a la cámara de UNO Santa Fe uno de los trapitos que trabaja en la plaza Pueyrredón.
"Hay trapitos y trapitos, como personas y personas. No son todos iguales. Yo trabajo con lo que la gente me pueda y quiera dar, sin poner una tarifa. Yo quiero que la gente recapacite y entienda que muchos de nosotros somos buenas personas y hacemos esto para mantener a nuestras familias", continuó contando el cuidacoches.
En el informe y relevamiento que hizo UNO en algunos sectores de la ciudad con la opinión de los trapitos, se pudo establecer que los trabajadores irregulares pueden llegar a recaudar en promedio, en una buena jornada de trabajo, entre $3.000 y $4.000.
"La recaudación no es siempre la misma, hay días y días. A veces estamos toda una mañana o una tarde y apenas podemos juntar una suma de dinero mínima. En una buena jornada, trabajando todo el día, podemos recolectar entre 3.000 y 4.000 pesos, a veces más. Necesitamos que los políticos ayuden a las personas en situación de calle y asistan a las personas que no tienen un plato de comida todos los días", contó otro trapito de barrio Sur.
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"La mayoría de los días empiezo a las 7 de la mañana. Trabajo a voluntad de lo que quiera dejar la gente. Las personas de la zona me conocen y saben de mi dedicación con el cuidado de los autos. A mi la gente me conoce y colabora. Sabe que no soy un delincuente como la mayoría de las personas piensan de nosotros. De las 7 a las 14 puedo llegar a sacar entre 2.000 y 3.000 pesos", contó Antonio.