Un estudio a cargo de investigadoras de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL, demostró la efectividad de las vacunas para coronavirus en cuanto a los niveles de anticuerpos generados por las personas y permitió estimar el tiempo en que se mantienen positivos. Al mismo tiempo, evidenció que el refuerzo con una tercera dosis eleva significativamente estos niveles de anticuerpos y se asocia con mayor protección contra la infección. Cabe destacar que, de acuerdo a los resultados obtenidos, la infección también se estaría comportando como un refuerzo sobre el esquema de vacunación.
Evaluaron la efectividad de las vacunas contra el Covid-19
Otro aspecto sustancial que el estudio de anticuerpos anti-N marcó, es el elevado porcentaje de personas que cursan la infección en forma asintomática.
El trabajo se concretó en el marco del proyecto “Estrategia de diagnóstico para un regreso seguro a la actividad universitaria en el contexto de pandemia por SARS-CoV2”, bajo la dirección de Carolina Veaute y la codirección de Cristina Diez, docentes investigadoras de los Laboratorios de Inmunología Experimental y de Biología Molecular e Inmunología Aplicada de la FBCB. Participaron además María Inés García y Noelia Flor, ambas docentes-investigadoras también de la Casa de Estudios; Ana Molineri y Camila Miotti del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, y Oscar Bottasso del Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (Idicer).
“Los resultados mostrados en este trabajo son un aporte valioso para abrir la discusión en diferentes ámbitos como hospitales, universidades y sociedades científicas a fin de analizar la importancia de la vacunación como instrumento de mitigación del Covid-19, así como la relevancia que tiene el registro y análisis de datos como herramienta de monitoreo para la evaluación de las medidas sanitarias y para la toma de decisiones”, explicó Veaute.
Sobre el trabajo
El estudio, que se extendió desde diciembre de 2021 hasta julio de 2022, contó con la participación de 188 personas, docentes, no docentes, estudiantes y graduados. Las edades oscilaron desde los 18 a los 67 años (53 hombres, 135 mujeres); previa firma del Consentimiento Escrito Informado, aprobado por el Comité Asesor de Ética y Seguridad en la Investigación de la FBCB.
A cada voluntario se le tomaron tres muestras de sangre con un mes de diferencia. En cada muestra de suero se evaluaron dos tipos de anticuerpos: los anticuerpos antinucleocápside (N) que se producen cuando una persona se expone al virus completo (por infección o por recibir la vacuna Sinopharm), y los anticuerpos anti-Spike (S), que se producen también luego de una infección, pero a diferencia de los anti-N, son los únicos que se generan por el resto de las vacunas disponibles en nuestro ámbito. De esta forma, los anticuerpos anti-N se tomaron como indicativos de infección previa y los anti-S como indicativos de respuesta hacia la vacuna.
Respuesta de anticuerpos indicadores de infección
Del total de participantes, solo el 42% manifestó haber sido diagnosticado de SARS-CoV2 antes y durante el estudio, ya sea por diagnóstico bioquímico, clínico o epidemiológico. Sin embargo, al analizar los niveles de anticuerpos anti-N, se observó que el 80% de las personas estudiadas estuvieron en contacto con el virus en algún momento. O sea que este análisis permitió comprobar una alta proporción de individuos que cursaron la infección de forma asintomática.
“Los anticuerpos anti-N persisten hasta por los menos seis meses después de la infección y es llamativo que las personas que se pudieron evaluar hasta un año después de la infección, siguieron manteniendo niveles bajos, pero aún detectables de estos anticuerpos”, puntualizó Diez.
Impacto de la vacunación
Según los resultados proporcionados por la investigación, las personas que recibieron dos dosis de cualquiera de las marcas de vacunas mantuvieron niveles positivos de anticuerpos anti-S después de cinco-seis meses de la última dosis, pero fueron significativamente inferiores que aquellos obtenidos aún después de ocho meses de colocada la tercera dosis (refuerzo).
Por otro lado, los anticuerpos anti-S generados por la vacuna se vieron aumentados luego de una infección.
“Entre las personas que tuvieron niveles altos de anticuerpos anti-S al comienzo del estudio hubo menos infectados durante el tiempo que duró la evaluación que aquellos con niveles menores. Además, las personas con tres dosis se infectaron menos que aquellas con el esquema de dos dosis. Y si bien algunas personas vacunadas con dos o tres dosis sufrieron reinfecciones, estas fueron también menos frecuentes en aquellas que contaban con tres dosis. O sea, que los niveles de anticuerpos anti-S generados por las vacunas, así como la tercera dosis o refuerzo, se asociaron positivamente con la protección hacia la infección”, amplió la codirectora del proyecto.
¿Qué vacuna es mejor?
Los esquemas de vacunación recibidos fueron muy diversos en cuanto a marcas aplicadas, observándose mayor frecuencia en las primera y segunda dosis de Sinopharm (72 personas) y AstraZeneca (71 personas), y en menor medida Sputnik V (39 personas), Moderna (una persona) y Pfizer (dos personas). En la tercera y cuarta predominaron las aplicaciones de Pfizer y Moderna, y en menor proporción AstraZeneca y Sputnik. La mayor parte de los participantes (94%) recibió esquemas combinados.
La variedad de marcas y esquemas de vacunación no generó diferencias en los niveles de anticuerpos anti-S. Es importante destacar que, al finalizar el estudio, el 99% de la población estudiada tenía colocado el esquema de vacunación de dos dosis y el 80% ya había recibido terceras y cuartas dosis.
“La vacunación es doblemente importante, ya que protege directamente a cada persona vacunada, pero también protege de forma indirecta al resto de la población. Cuantas más personas se vayan inmunizando, menor probabilidad habrá de que el resto se exponga al virus. La intención final es conseguir la inmunidad de grupo”, concluyó Veaute.
Financiación
Los fondos para realizar este estudio se obtuvieron a través del programa “Demandas Estratégicas en el Marco de la Emergencia Sanitaria (Demes) 2020” de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación (ASACTeI).
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